Con un total de doce nominaciones, el audiovisual gallego estaba llamado pisar con fuerza en la gala de entrega de los premios Goya, que se celebró anoche en Sevilla con Silvia Abril y Andreu Buenafuente como maestros de ceremonia, y no lo hizo del todo mal. La película La sombra de la ley, producida por la coruñesa Vaca Films y con parte del rodaje en localizaciones de A Coruña, era el proyecto gallego con más candidaturas -un total de seis- y se hizo con tres estatuillas: a la Mejor dirección de fotografía, Mejor dirección artística y Mejor Diseño de Vestuario, para Josu Incháustegui, Juan Pedro de Gaspar y Clara Bilbao, respectivamente.

Además, el compostelano Luis Zahera se coronó como Mejor actor de reparto por su papel en El reino. Zahera dedicó su premio a su "Julieta", el actor Antonio de la Torre, con el que compartía una fantástica escena en la cinta, que ocurre en un balcón, por "miedo" a los micrófonos instalados en el despacho. En la película de Rodrigo Sorogoyen, el inolvidable Petróleo de la serie Mareas vivas interpreta a un empresario con negocios internacionales que aprovecha sus buenas relaciones con políticos para sacar tajada, un personaje que contenía numerosos guiños al Francisco Correa, de la trama Gürtel.

En cuanto al resto de interpretaciones, Carolina Yuste se hizo con el galardón a la Mejor actriz de reparto por su papel en la película Carmen y Lola, mientras que Eva Llorach se alzó con el Goya a Mejor actriz revelación por su trabajo en Quién te cantará. En el tercer largometraje de Carlos Vermut, Llorach interpreta a Violeta, una cantante aficionada que se transmuta en su ídolo para ayudarle a recuperar la memoria. Nada más recoger el premio, la actriz pidió a las mujeres del auditorio del Palacio de Congresos de Sevilla que se pusieran en pie para dedicarles su éxito: "Sois muy pocas, quiero compartirlo con vosotras", proclamó, visiblemente emocionada.

El premio al Mejor actor revelación fue para Jesús Vidal por su papel en la película Campeones, de Javier Fesser. Vidal, primera persona con discapacidad visual que se hace con uno de estos galardones, aseguró al recoger su Goya que tenía en su cabeza tres palabras: "inclusión, diversidad y visibilidad". En uno de los discursos más largos de la gala, cargado de agradecimientos y visiblemente emocionado, Vidal reconoció que fue "un verdadero reto" interpretar a un personaje como Marín, al "provenir del teatro" del teatro. "El cine me ha enamorado y espero que este idilio siga muchos años más", señaló.

Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen recibieron el Goya al Mejor Guión Original por su trabajo en El reino. Al cierre de esta edición, la cinta -la gran favorita en las quinielas previas a la ceremonia de entrega de los galardones- se había hecho también con los premios al Mejor Sonido, para Roberto Fernández y Alfonso Raposo; Mejor montaje, para Alberto del Campo.

Los presentadores de la gala, Silvia Abril y Andreu Buenafuente, dispararon en todas direcciones en su discurso inaugural. Políticos, actores y la propia industria del cine español recibieron sus dardos certeros, provocando las primeras caracajadas de la noche. Con la frase "un Mariano que entra por otro que sale", presentó Buenafuente al presidente de la Academia, Mariano Barroso, que llegó al cargo "poco más o menos" a la vez que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, salía de la Moncloa: "Los Marianos son dos presidentes que han hecho mucho por la ficción española", bromeó Buenafuente.

Entre los maestros de ceremonias hubo constantes puyas sobre "la entrega" de las televisiones en la producción de cine, "porque creen en el talento y en el cine de calidad", señaló Buenafuente, ante el silencio de Abril. "En la taquilla del cine español hemos vuelto a superar los cien millones de euros por quinto año consecutivo, lo que para Amancio Ortega sería un mal fin de semana", apuntó Buenafuente, o el equivalente a "cien espectadores, al precio que están las entradas", replicó Abril.

Hay ausencias tan significativas que tienen más fuerza que la presencia, y eso ocurrió anoche con el "maestro" Narciso Ibáñez Serrador, homenajeado por sus "discípulos", ocho premiados directores, un "terrorífico" vídeo y los aplausos del público puesto en pie. Debido a su delicado estado de salud, Ibáñez Serrador, de 83 años, optó por ver la ceremonia desde su casa de Madrid, al lado del Goya de Honor que le concedió la Academia de Cine y que recibió en una emotiva ceremonia el pasado 14 de enero de manos de su presidente, Mariano Barroso.

Tras un vídeo de tributo al cine español fantástico y de terror, presentado por Belén Rueda y Manuela Velasco, salieron al escenario Bayona, Alejandro Amenábar, Jaume Balagueró, Rodrigo Cortés, Alex de la Iglesia, Juan Carlos Fresnadillo, Paco Plaza y Nacho Vigalondo. "Revolucionó la tele", "nos enseñó a mirar y apreciar el terror", "maestro no solo del cines sino de cineastas", "creador de pesadillas único y original" o "contagiador" de amor y pasión por el terror fueron algunas de las palabras que le dedicaron los cineastas que le homenajearon anoche.