El intrusismo profesional es, históricamente, uno de los grandes problemas a los que se tienen que enfrentar los fisioterapeutas. En la actualidad, existe un Observatorio estatal -puesto en marcha hace un par de años por la Asamblea General de la Organización Médica Colegial (OMC)- contra esa práctica, que denuncia a los pseudoprofesionales que realizan terapias sin el amparo de la autorización sanitaria y sin un título que les habilite para ello. No obstante, los fisioterapeutas gallegos abogan por "potenciar la educación de los pacientes" que, recuerdan, las principales víctimas de este tipo de estafa.

"Además de la vía de la denuncia, tenemos que potenciar la educación al paciente, que sepa que debe acudir a un profesional que le dé todas las garantías sanitarias", subraya el secretario del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Galicia (Cofiga), Daniel Alvite, quien advierte de que, no hacerlo así, puede traer "consecuencias muy graves" para los pacientes, como que no se reconozcan síntomas de una patología de mayor gravedad que obligue a derivarlos a un especialista o que "se realice una práctica que pueda terminar siendo muy perjudicial para su salud", remarca el especialista gallego.