Los usuarios de Down Coruña son unos veteranos en ponerse frente a las cámaras. La asociación estrenará este año su noveno cortometraje y ya son unos 30 usuarios -de los 80 que tiene la entidad- los que han participado en los proyectos audiovisuales que coordina Borja Dorado desde 2011. El primero surgió cuando en el programa de Vida adulta -que facilita que personas con síndrome de Down puedan convivir durante un tiempo en un piso tutelado para promover su autonomía-, los usuarios empezaron a debatir sobre su identidad. "De ahí nació Dicen, un corto en el que se mostraba lo que la gente decía de ellos y la realidad", explica Dorado, quien indica que desde entonces buscan cada año reivindicar y visibilizar algún aspectos relacionado con la vida y el entorno de las personas con síndrome de Down. "Abordamos desde la primera generación de adultos que hubo y que eran un referente para los pequeños hasta llamadas de atención a los padres sobre cómo abordar que salgan solos, por ejemplo, o simulamos un informativo para explicar cómo se suelen dar las noticias de este colectivo y cómo deberían ser", explica.

En el corto de este año, que ya comenzaron a grabar, "se hablará sobre las contradicciones que viven en su día a día, donde por una parte se les pide que estudien, que trabajen con normalidad y por otra se les sobreprotege". "Buscamos que la sociedad se plantee si queremos niños o adultos", sostiene Dorado, quien explica que en esta ocasión se busca también abordar el tema del género y por ello las protagonistas son cuatro mujeres de cuatro generaciones: de los 3 a los 42 años.

Aunque se parte de una idea marcada y un guión, los actores también participan. "Añaden sus cuñitas y si tiene encaje adaptamos el texto a lo que les apetece", indica este trabajador de Down Coruña, quien reconoce que nunca ha trabajado con personas sin discapacidad, pero sostiene que en todo caso la única complicación es "que hay a quien le cuesta aprenderse grandes guiones, hay que adaptarlos y siempre hay quien cambia alguna palabra". "Ellos ensayan y trabajan con el logopeda y este tipo de actividades les motivan mucho", indica Dorado, quien explica cómo gracias a estos cortos, la TVG fichó a varios usuarios para el programa Down Street y uno de ellos fue contratado además para varios capítulos de la serie Fontealba.

Quienes protagonizan los cortos acuden a veces a preparar los textos a la clase de teatro, otra actividad a la que asisten once usuarios de Down Coruña. "El teatro es una de las actividades más inclusivas que hay, debería ser obligatorio en los colegios porque tiene beneficios para todo el mundo: enseña a hablar en público, a proyectar la voz, mejora la autoestima, da confianza, se trabaja la coordinación, la creatividad...", señala la profesora Adelaida Pittaluga, quien asegura que trabajar con personas con discapacidad no es ningún hándicap a la hora de preparar las clases. "Imparto clases desde infantil a universitarios. Aquí en Down Coruña les planteo actividades del mismo nivel que los universitarios sin ningún tipo de problema. Te tienes que adaptar a cada grupo y este es uno más", sostiene esta docente que trabaja diferentes ejercicios durante todo el año (desde improvisación, ejercicios para la memoria, la voz o la autoestima) y que prepara una obra para final de curso. "Lo importante es el proceso, no tanto la obra", indica.