La proporción de mujeres en el conjunto del personal investigador en España no ha mejorado en la última década, manteniéndose en el 39%, según el informe bienal Científicas en cifras 2017. Pero además, durante la presentación de este documento, la secretaria de Estado de Universidades y de I+D+i, Ángeles Heras, calificó de "preocupante" que desde el curso 2012-2013 haya bajado el número de alumnas que se matriculan en carreras científicas, lo que en su opinión "revela que las ciencias no son atrayentes para las chicas".

Según este informe del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, el porcentaje de mujeres solo ha mejorado ligeramente en la Administración Pública y universidades, aunque desde 2014 y un solo punto porcentual. Aun así, los porcentajes se encuentran por debajo del 50% (48% y 43%, respectivamente). Mientras, en el sector empresarial, las mujeres representan el 31% del personal, mismo porcentaje desde 2013. Heras reconoce que estos datos "distan de ser los deseables para la ciencia en España y para lograr la plena igualdad entre hombres y mujeres".

Científicas en Cifras 2017 analiza la presencia de las mujeres científicas en los órganos de gobierno y los resultados de las convocatorias de I+D+i, con el propósito de identificar y cuantificar brechas de género para adoptar nuevas actuaciones en favor de la igualdad efectiva. Según los datos aportados por el Ministerio, en la carrera investigadora continúa habiendo una escasa representación femenina en la categoría de mayor rango el de grado A (catedráticos): en universidades públicas las mujeres representan el 21% del total y un 25% en organismos públicos de investigación (OPI).

Solo se alcanza el equilibrio entre hombres y mujeres cuanto menor es el grado. Por ejemplo, en Grado D (profesores ayudantes y personal investigador en formación), la proporción de mujeres ronda el 50% tanto en universidades públicas, centros propios de universidades públicas y OPI. Pero la presencia femenina va disminuyendo poco a poco a medida que sube el grado, bajando hasta aproximadamente la mitad cuando se pasa del grado B (profesor titular de universidad, catedrático de escuela y contratado Ramón y Cajal) al grado A.

Esta segregación vertical se explica, según la secretaria de Estado, a que el paso de un grado a otro coincide con la maternidad de muchas mujeres, lo que "ralentiza" su carrera. Por eso, hizo hincapié en la necesidad de implementar medidas para "empoderar" a las mujeres, como las recientemente aprobadas en el último Consejo de Ministros, que permitirá que aquellos investigadores en situaciones de maternidad y paternidad no se vean discriminados en la selección y evaluación de su actividad científica.

Según el informe, esta segregación vertical también se refleja en los órganos de gobierno unipersonales de universidades y OPI. En el caso de las universidades públicas, los cargos de director de institutos universitarios y directores de departamento correspondía a menos de un 30% de mujeres. En el lado positivo, destaca que en 2017 se alcanzó el equilibrio de género en vicerrectorados (41% de vicerrectoras en universidades públicas y 37% en privadas). Además, también ha aumentado del 10% al 15% las rectoras en universidades.

El informe también revela que el porcentaje de alumnas matriculadas en grados y másteres en el curso 2016-2017 es mayor que el de hombres, con un 54% de representación de chicas. Pero desde 2012-2013 el porcentaje de mujeres ha bajado en Ciencias Sociales y Jurídicas (del 61% al 60%), Ingeniería y Arquitectura (26% al 25%) y Ciencias (del 53% al 51%), lo que refleja una segregación horizontal. Mientras, en Ciencias de la Salud las mujeres siguen estando, según Heras, "sobrerrepresentadas", con un 72% en los últimos años. Heras recordó que están en marcha campañas para que eliminar estereotipos asociados a las chicas que estudian ciencias que suelen verse como "menos divertidas". "Es necesario que vean que las mujeres científicas somos mujeres normales y que no hace falta más que tener vocación y estudiar", señala.