Mejorar la autoestima, la confianza o la tolerancia a la frustración de los menores víctimas de violencia de género a la vez que se les da el apoyo necesario cuando tienen que ir a declarar a un juzgado. Este el es objetivo de un proyecto, pionero en España, que acaban de poner en marcha la Fundación María José Jove y la Asociación pola Igualdade e a Coeducación (Apico) y que combina la terapia asistida con perros con el acompañamiento de estos animales a los menores a los juzgados. "A partir de la terapia, de juegos, buscamos que los niños se abran gracias a los perros como no lo hacen con un profesional. Ven al perro como un amigo que no les juzga y es más fácil", señalaba esta mañana en la presentación Lucía Lombardía, una de las encargadas de la terapia. "Es preciso que el niño se abra y nos cuente qué le ocurre para saber qué medidas tomar", añadía el juez decano del juzgado de Betanzos, Roberto Barba, donde ha comenzado a aplicarse este programa de acompañamiento a menores.

Esta iniciativa se ceñirá, de momento, a los casos que se traten en el juzgado de Betanzos aunque, según sus organizadores, el objetivo es poder ampliar luego estos servicios a "otros juzgados gallegos".