La Conferencia Episcopal Española se reunirá la semana que viene, una vez acabada la cumbre que estos días se celebra en el Vaticano para intentar atajar la lacra de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica. Será entonces cuando las diócesis españolas, de manera conjunta, hagan público su posicionamiento sobre las conclusiones e instrucciones que salgan de esa reunión, en la que participan obispos de todo el mundo, según informaron ayer desde algunos arzobispados españoles.

La cumbre contra la pederastia en la Iglesia tuvo ayer protagonismo femenino y dio pie a reflexionar sobre el papel de la mujer en la Iglesia católica. Linda Ghisoni, experta en Derecho Canónico y subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, fue la primera mujer en tomar la palabra durante este encuentro sin precedentes. Se manifestó a favor de prevenir los abusos sexuales a menores con una "actitud pastoral ordinaria" y pidió reconocimiento para "el trabajo de quienes en años recientes han dedicado inteligencia, corazón y manos a esta causa, escuchando a las víctimas". Ghisoni señaló que es "aconsejable que en cada Conferencia Episcopal se creen comisiones consultivas independientes, formadas por laicos y clérigos, para aconsejar y asistir a los obispos" y abogó por revisar la normativa del secreto pontificio, para que "tutele los valores que quiere salvaguardar", tanto la dignidad de las personas implicadas en los abusos como el bien de la Iglesia.

El Papa elogió la ponencia de Ghisoni, pero tras su intervención no dudó en manifestar que "todo feminismo acaba siendo un machismo con falda", para contrarrestar las lecturas en clave feminista. "Escuchando la intervención de Ghisoni he escuchado la Iglesia hablar de sí misma", señaló. Ghisoni, según el Papa, encarna el "el misterio femenino de la Iglesia, que es esposa y madre".

Por su parte, el arzobispo de Chicago, el cardenal Blaise Cupich, advirtió de que la denuncia de un delito "no debe verse obstaculizada por el secreto oficial o por normas de confidencialidad", durante su alocución en la segunda jornada de la cumbre antipederastia. Asimismo, precisó que "ninguna persona debe ser discriminada o sufrir represalias sobre la base de la denuncia de una acusación contra un obispo a las autoridades eclesiásticas".

También ha recalcado que los mecanismos para reportar acusaciones de abuso o mal manejo de casos de abuso contra un obispo deben ser transparentes y" bien conocidos por los fieles". En este sentido, plantó el posible "establecimiento de mecanismos independientes de información en forma de una línea telefónica específica o un servicio de portal web para recibir y transmitir las acusaciones".

Pero en esta segunda jornada, también se quiso dejar claro que hay una Iglesia que "protege por los niños". El prefecto del Dicasterio vaticano para la Comunicación, Paolo Ruffini, fue el encargado de defender esta tesis antes del inicio de la reunión de ayer.