La competencia fue máxima. Hasta 20 aspirantes por cada plaza de celador que oferta el Sergas. Un trabajo fijo sin fecha de caducidad. Un total de 7.858 opositores se desplazaron este fin de semana hasta Silleda para tratar de conseguir una de las 390 plazas de las oposiciones a celador del Sergas. Estaban admitidos 10.674, pero al final hicieron acto de presencia el 73,62%. El gentío ya se dejaba ver ayer al mediodía en la localidad, ya que el examen se realizó por la tarde. El pueblo, y en especial, los restaurantes se llenaron de gente, e incluso, en algunos locales, fue imposible conseguir mesa.

Insomnio, nervios, inseguridades, desmotivación al ver la multitud de aspirantes, pero sobre todo muchas ganas e ilusiones se respiraban ayer antes de la prueba. El que la sigue la consigue y da igual, una, que dos, que tres veces, lo importante es ser constantes para algún día alcanzar la meta. Agustina Porto López, de 43 años, de Compostela, trabaja en un centro de salud y ya se había presentado en otras veces. Lleva un año preparando el temario en la academia, yendo una hora a la semana durante cuatro horas, algo que tiene que compaginar con su vida laboral "trabajo siempre de tarde y con una niña de 13 años es mucho esfuerzo".

Para Kiara Sánchez Fernández de 30 años y de Monforte de Lemos fue la primera vez. "Estoy tranquila y le dedico cinco o seis horas al día, llevo un año preparándolo y me presento por vocación".

Silvia Prieto Fuentes de O Courel tiene 42 años y lleva un año hincando los codos. Al contrario, ella confesaba estar nerviosa y no haber pegado ojo en toda la noche. Para ella ser celadora sería su sueño y ahora mismo trabaja en un supermercado. "Trabajar y encima ser ama de casa es muy complicado por eso se prepara a largo plazo", indica. Eva Fernández Rodríguez, de 49 años y de Monforte, es autónoma. " Ya estoy en las listas del Sergas contratada, pero esporádicamente, cuando nos llaman y cuando se mueven las listas". Debido a su jornada laboral no tiene un método de estudio definido "a veces le puedo dedicar un día cuatro horas y otro día, una hora o ninguna".