Las pintadas que aparecieron en la fachada de la Catedral de Santiago y en varios muros del complejo arzobispal han reabierto el debate sobre la seguridad del patrimonio artístico y la instalación de mejores medidas de vigilancia, una cuestión que el Ayuntamiento compostelano y la Policía Local y Nacional ya evalúan y que constituye también una reclamación de la propia institución eclesiástica. También la Diócesis de Lugo estudia medidas de este tipo, "desde hace tiempo", sobre todo, por las consecuencias del botellón y de las "orinas" que cada fin de semana dañan las puertas de la Catedral.

En Santiago, hay actualmente en el entorno de la Catedral nueve cámaras, de ellas tres en la Praza do Obradoiro. Son de visionado en tiempo real, no de grabación, según los datos facilitados por el Consistorio. El concejal de Medio Ambiente y Convivencia, Xan Duro, mantuvo ayer una reunión con los responsables de la Policía Local y Nacional en la que se abordó esta cuestión y se acordó que "ambos cuerpos evaluarán la necesidad de mejorar el sistema de vigilancia con cámaras".

En este sentido, el concejal trasladó que el gobierno local está "dispuesto a acometer estas mejoras", si bien ha destacado la "dificultad técnica de que todos los rincones de la Catedral queden bajo la vigilancia de una cámara".