Trece médicos denunciaron el año pasado haber sufrido una agresión en Galicia, una cifra que revalida el dato del año anterior, cuando este tipo de ataques ya se habían disparado y tocado techo en este colectivo sanitario al sumar tantos casos como en los tres años anteriores juntos. Entre el personal sanitario de enfermería, las cifras que trascienden, porque advierten de que quedan "muchas más sin denunciar", son mayores: un total de 104 profesionales (según datos provisionales) fueron objeto de insultos o de agresiones físicas en 2018.

Los balances presentados ayer por la Organización Médica Colegial y el Consejo General de Enfermería elevan la cifra de profesionales sanitarios gallegos que han sido víctimas de algún ataque, sobre todo de carácter verbal (en siete de cada diez situaciones entre los enfermeros en el ámbito estatal), a 117 casos.

La situación en Galicia entre los médicos no es de las peores de España, donde el año pasado se alcanzaron las 490 denuncias y, a diferencia de la comunidad, se registró un descenso de casi el 5%. Según el análisis de comunicaciones de agresiones por cada mil profesionales colegiados, en la comunidad ascienden a 0,92, el cuarto dato más bajo del país, solo mejor en Canarias, País Vasco y Aragón y muy por debajo de la media estatal, situada en 1,9 agresiones por mil. En números absolutos, Galicia sería la décima con más casos, muy lejos de Andalucía, que lidera con 124. En el 54% de los casos se abrieron diligencias y en un 46%, el profesional precisó una baja.

Si se analizan los números de enfermería, la situación de Galicia se agrava, al ser la sexta autonomía con mayor número de agresiones comunicadas, que el colectivo considera "solo la punta del iceberg". Andalucía repite de primera (373).