Los centros educativos gallegos realizan cada curso actividades extras, desde clases de refuerzo hasta pautas para mejorar la convivencia. Para ello firman un contrato con la Xunta (llamados contratos-programa) en el que se fijan unos objetivos de mejora del alumnado en las áreas en las que detectan carencias. Se pusieron en macha con carácter experimental en el curso 2011-2012 como medida de mejora de la calidad de la enseñanza y de lucha contra el abandono escolar y actualmente los contratos-programa alcanzan a 572 centros y llegan a casi 352.000 alumnos de toda la comunidad.