Velar por el buen uso de los fármacos y garantizar que los pacientes polimedicados siguen su tratamiento sin riesgos. Este es el objetivo de los farmacéuticos de Atención Primaria, profesionales con presencia en centros de salud del Sergas desde hace más de dos décadas, pero que lamentan que todavía no son muy conocidos para la población. "Como colectivo somos muy poquitos, unos 68 en toda Galicia frente a miles de médicos y enfermeras, pero nuestra labor es importante para velar por la seguridad de los tratamientos", explica Mercedes Pereira, presidenta de la Asociación de Farmacéuticos de Atención Primaria de Galicia, entidad que ayer clausuró sus segundas jornadas en Santa Cruz (Oleiros) en las que se reunieron unos 80 expertos para analizar las novedades de esta profesión.

Una de las mesas redondas de estas jornadas se centró en cómo visibilizar la labor de un colectivo que pocos asocian a los centros de salud, en parte porque pese a que cubren a todos los pacientes de la red pública, no están físicamente en todos los ambulatorios. En el caso de la ciudad de A Coruña, por ejemplo, cuatro farmacéuticos se reparten todos los centros de salud para atender las necesidades de los pacientes. "Por las características de nuestro trabajo los que más nos conocen son los mayores porque o bien siguen tratamientos que precisan de cierta autorización o están polimedicados. También personas trasplantadas, diabéticos o pacientes con lesiones cerebrales, pero gente joven es raro que pase por nuestra consulta", sostiene Mercedes Pereira.

Una de las funciones que les da mayor visibilidad y que les diferencia de sus compañeros de otras comunidades es el visado de inspección. Ciertos medicamentos que por su coste, su peligrosidad u otras cuestiones no pueden prescribirse de forma generalizada „ocurre por ejemplo con los tratamientos para el alzhéimer o con los nuevos anticoagulantes de precios que multiplican al tradicional Sintrom„ obligan a que el paciente reúna una serie de requisitos para poder recibirlo. "Es el Ministerio de Sanidad quien fija los criterios y una vez que el médico lo prescribe, el tratamiento tiene que pasar por nosotros que miramos si se cumplen los requisitos y lo autorizamos o no, si se financia o no", indica esta farmacéutica que trabaja en centros de salud del Sergas.

Es su labor más visible, pero apenas supone un 10% de su volumen de trabajo. Gran parte de su jornada, los farmacéuticos de centros de salud se encargan de supervisar la medicación de todos aquellos pacientes que superan los seis fármacos diarios o que combinan varios medicamentos que a priori pueden desencadenar en nuevos problemas de salud como puede ser el daño renal. "Es frecuente que un paciente acuda al urólogo, el endocrino y a otro especialista y que cada uno le recete sin tener en cuenta al otro. Tenemos que supervisar porque muchas veces pueden producirse interacciones peligrosas. Los revisamos y hacemos propuestas para mejorarlo", indica esta especialista que reconoce que además trabajan con los médicos para fomentar "el óptimo uso de los antibióticos" y buscan concienciar a la población sobre un mejor consumo de medicamentos. "Hay que educar a la población de que no son necesarios tantos fármacos. Hoy si vas al médico por un resfriado y te dice que descanses y tomes mucha agua, la gente no le parece bien y esto no puede ser así", sostiene.

El conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuíña, asistió ayer a la clausura de las jornadas en Santa Cruz, momento en el que el colectivo aprovechó para recordarle que "desde hace once años" no se convocan nuevas plazas para profesionales de Farmacia en centros de salud de la comunidad.