¿Qué tengo que estudiar para ser bombero o policía? ¿Cuál es mi itinerario en Bachillerato, voy por Humanidades, por Ciencias Sociales, por Ciencias Naturales o por Tecnología si no sé todavía qué carrera estudiar? ¿Si no me gusta Bachillerato, puedo irme a FP, y luego volver, si no me convence? ¿Qué es la FP Básica? Estas y otras muchas preguntas son las que los orientadores ayudan a resolver a los estudiantes que a partir de Secundaria tienen que empezar a tomar decisiones con vistas a su futuro laboral.

Las elecciones que tomen son decisivas y los padres muchas veces poco pueden ayudar porque el sistema educativo no tiene nada que ver con el de sus tiempos y están tan perdidos como los hijos. La propia Xunta admite que "la heterogeneidad de titulaciones, de perfiles profesionales y de posibilidades que se ofrece hoy en día a los alumnos de Secundaria para elegir un camino u otro hace 20 años que no existían". Y por eso, la labor de los orientadores en los institutos cobra cada día mayor importancia. La Consellería de Educación prepara un plan para impulsar la orientación vocacional y profesional y "ofrecer una respuesta integral que facilite al alumno y sus familias la elección profesional".

El plan, explican desde el departamento de Carmen Pomar, "implicará una serie de actuaciones para desarrollar en el aula", pero también actividades formativas para el profesorado y más iniciativas de "divulgación y visibilización de la amplia oferta de itinerarios formativos que hay".

Los estudiantes son muy jóvenes cuando empiezan a elegir hacia dónde se encamina su futuro educativo y profesional. Por ello, la Xunta considera de "vital importancia trabajar en la madurez vocacional de los alumnos desde edades tempranas". "Es esencial para la toma de decisiones que pueden condicionar el máximo desarrollo social, persona y profesional", dicen en Educación.

Los orientadores deben ayudar a los estudiantes a que sepan "identificar sus potencialidades, habilidades, capacidades, talentos...", porque eso les ayudará "en la toma de decisiones sobre su futuro profesional", razonan desde la Xunta. ¿Cómo pueden ayudar y ya lo hacen? Con tests y otras pruebas que permiten a los alumnos a descubrir sus puntos fuertes y sus gustos, pero también con charlas que les ayudan a aclarar sus dudas.

Educación defiende que la labor de orientación ya empieza en la etapa de Primaria. Explica al respecto: "Puede parecer prematuro, pero conviene señalar que determinado tipo de competencias, actitudes y valores deben ser tratados desde las edades más tempranas, como la tolerancia a la frustración, el pensamiento crítico, la selección de la información, la brecha de género...".

La Consellería también considera importante "visibilizar toda la oferta formativa (FP, Universidad, ...)", es decir que los alumnos conozcan el abanico de posibilidades que tienen ante sí. Por eso, ya es habitual que los colegios organicen jornadas en las que invitan por ejemplo a las Universidades a contar su oferta de grados o llevan a los estudiantes a las ferias de educación superior, y conozcan las opciones que están a su alcance.

¿Y con qué equipo cuenta la Xunta para realizar esta labor? Con casi 800 orientadores. Todos los centros educativos tiene un departamento de orientación,que se encarga de la orientación educativa y profesional, pero también de la atención a la diversidad. Los institutos tienen un orientador , que es un profesor con la especialidad de Psicología o Pedagogía, y en los colegios de Infantil y Primaria hay un maestro con la titulación de Psicología o de Pedagogía, que puede atender a más de un centro. Educación no desvela si su plan de impulso a la orientación en los centros implicará una ampliación del cuerpo de orientadores.

Algunos de estos profesionales reconocen que sería adecuado contar con más orientadores. "Soy la única orientadora para mil estudiantes de ESO, de Bachillerato, de FP en horario diurno y nocturno, ESO de adultos, y mis tareas son múltiples, tengo que asesorar a las familias, a los alumnos,pero también a los profesores. Soy responsable de la orientación profesional de los estudiantes, pero también de la atención a la diversidad. Si hay alumnos con necesidades educativas especiales, en colaboración con sus docentes, me encargo de la adaptación del temario. También intervengo si hay un acoso escolar... es imposible atender a todo". Así relata su día a día Cristina, una orientadora gallega que ve bien el plan de la Xunta pero pide que el primer punto sea aumentar la plantilla.