El caso de abejero es un ejemplo paradigmático de los "servicios ambientales de la avifauna", pero no es el único. "Las aves son mucho más que un simple componente de la biodiversidad, son elementos claves para el funcionamiento de los ecosistemas. Muchas de estas funciones derivan en servicios que mejoran el bienestar humano", alega. Bajo la premisa de que "necesitamos conocer estas funciones y servicios de las aves y ponerlas en valor para evitar que nuestras decisiones interfieran en esta importante labor de las aves", el equipo de investigación y de trabajo que lidera Rebollo trabaja en dos líneas de investigación.

Por un lado, el papel de las aves en la dispersión de semillas grandes y pesadas, que son las que tienen mayores dificultades de dispersión. Y la segunda línea de estudio a la que se dirigen tiene que ver con el papel de las aves en la regulación de plagas agrícolas y forestales. La dieta de muchas especies de aves incluye organismos susceptibles de comportarse como plagas. "Estamos estudiando sistemas para favorecer la presencia de estas aves insectívoras para la protección de árboles frutales y viñedos", señala Rebollo.