Nieta del último presidente de la República, afirma que siguen en boga fake news sobre Juan Negrín "totalmente absurdas ante la documentación existente".

¿Cuál es el recuerdo más vivo que tiene de su abuelo?

Me dejó muy marcada su rectitud y exigencia, también consigo mismo. Y la coherencia de su comportamiento, que he ido comprobando en los archivos.

Juan Negrín lleva aparejada la leyenda negra del "oro de Moscú", ¿le duele?

A raíz de esa leyenda negra surge la necesidad de contar la verdad, de ahí la Fundación que tiene ya 20 años. Que se diga que se fue con el dinero en el bolsillo es absurdo, ridículo y totalmente fake new. Hace poco encontré documentos en los que recomendaba a gente que salía al exilio, que fueran sin nada de valor para no contribuir a la leyenda de que los republicanos se lo estaban llevando todo. Es una leyenda que sigue funcionando, pero está archicomprobado que es falso. Está registrado centavo a centavo lo destinado a mantener el ejército. Me duele mucho porque era muy generoso y también salvó a gente de la oposición y no se lo han reconocido. Esas contradicciones me motivaron a implicarme.

¿Cree que llegará ese día?, ¿y que se restablecerá la figura de su abuelo por completo?

Lo espero y confío en verlo. Sobre mi abuelo, el primer gran cambio importante es que no le han borrado de la historia. Era la intención inicial porque en el archivo de Canarias arrancaron su hoja. Que se le admire o se le critique es otra cosa, pero por lo menos está. Luego todo depende del marco en que se encuentre el país, porque tienen que obligar a que la Guerra de España sea parte del currículo escolar y por ahora no es el caso, y ya llevamos 80 años. Hay que estudiar toda la historia del país, lo bueno y lo malo , y con buenos profesores que despierten la curiosidad y la discusión. El lavado de cerebro en todo ese tiempo, sigue. Todavía hoy en día no hay una condena abierta y oficial de lo que fue ese régimen, si no, no habría candidatos que se reclaman de esa misma línea.

Negrín fue también un defensor de la educación laica.

La fe es opuesta a la ciencia y él era científico. La educación laica permitía salir de la presión aplastante de la Iglesia. Hay que verlo en un momento en que el 40% de la población era analfabeta y la Iglesia solo transmitía lo que quería la gente en el poder. Mi abuelo respetaba a la gente con sus diferencias, pero a nivel estatal quería que la gente se liberara, y para eso hay que darles instrumentos. Desgraciadamente la Iglesia no les daba esos instrumentos.

¿Cree que hoy en día se ha resuelto?

Más o menos. Todavía hay mucho que hacer.

¿Ve peligrar la Ley de Memoria Histórica?

Claro, en unos casos se promueve y en otros se olvida. Afortunadamente está la gente con su memoria y las familias transmiten, pero no es lo mismo. Al Estado le corresponden los gastos de todo lo que tiene que ver con las fosas y desaparecidos e indemnizaciones a quienes se ha quitado todo. Desde el punto de vista legal todas las condenas injustas se podrían anular, son gestos simbólicos que solo puede hacer al Estado. La memoria es un trabajo más colectivo pero hace falta concienciar porque la historia, buena o mala, es la riqueza de un país, su construcción, y la gente debe participar. Franco lo entendió enseguida, buscó a sus muertos y los puso donde debían estar, empezando por él mismo. Independientemente de qué lado se sea hay que hacer lo mismo con los republicanos. Se han querido tapar cosas y 80 años después la gente sigue reclamando justicia.

¿Cómo percibe las próximas elecciones políticas?

Lo voy siguiendo como puedo. Soy americana y allí también está pasando mucho y vivo en Francia. España es parte de ese movimiento tan tremendo que se está perfilando y espero que no llegue a sus fines. Me preocupa enormemente que se vuelva para atrás en ciertas cosas. Esperemos que la gente entienda que por muy decepcionados que puedan estar, siempre son dos líneas diferentes de política y abstenerse es ayudar al otro. La participación es muy importante.