"Se portan mejor con nosotras que en España". La canaria Fermina Suárez religiosa Hija de la Caridad, salía de la Catedral de San Pedro de Rabat, junto a sus hermanas de congregación la burgalesa Sagrario Ortega y la palentina Rafaela del Campo, después de escuchar al papa Francisco insistir en que no hace falta hacer proselitismo; que la misión de los cristianos no está determinada por el número o espacio que ocupan", sino esencialmente por "ser fermento" allí donde se encuentren. "Jesús no nos ha elegido y enviado para que seamos los más numerosos", dijo Francisco en un país donde los católicos son el 0,07%, según el Vaticano.

El Papa concluyó ayer su 28 viaje apostólico con la Iglesia de Marruecos, en medio de una notable presencia de españoles, solo 500 llegados desde Ceuta; sudamericanos, asiáticos y con una mayoría animada de subsaharianos. Más de 60 nacionalidades.

Francisco, antes de volar a Roma tras 27 horas en el reino alauí, celebró la misa en el estadio Príncipe Moulay Abdellah, de Rabat, ante 10.000 fieles, y pidió que no se caiga en el odio y en la venganza, que acaba con el alma de los pueblos. Cuando el coche de Francisco, un pequeño y utilitario Hyundai, apareció en las pantallas del estadio, fue recibido con gran entusiasmo, y banderas de España en algunos puntos del graderío. Allí aplaudían, con una camiseta amarilla de la Hermandad del Rocío de Ceuta, el militar jubilado Francisco Albiñana y su esposa María Antonia Ruiz, ya veteranos con visitas de tres papas; también Iria Núñez, de 24 años, de Vigo, y su compañera María Rosales, de 26, soriana, becarias de la Embajada de España, e ilusionadas con el encuentro. A todos, muchos de Sudamérica, como reflejaban sus banderas, animó el Papa a "seguir haciendo crecer la cultura de la misericordia" y a ocuparse "de los pequeños y de los pobres, de los que son rechazados, abandonados e ignorados". En su homilía, leída en español, habló de la división de los pueblos desde el Buen Samaritano: "Son innegables las situaciones que pueden llevarnos a enfrentarnos y dividirnos". "La experiencia" dice que "el odio, la división y la venganza, lo único que logran es matar el alma" de los pueblos", agregó.

El gobierno de Marruecos, tras un sábado histórico con el rey Mohamed VI y el Papa, dejó claro ayer que se ha volcado con la organización del viaje para reforzar su imagen de tolerancia religiosa y estuvo representado en la misa por tres ministros sentados en primera fila. Pocos países musulmanes recibieron al Papa con la dignidad que lo ha hecho Marruecos, comentaba Stefano María Paci, periodista de Sky que viaja con el obispo de Roma.

El papa Francisco empezó el domingo con una visita a un pequeño centro rural de Servicios Sociales de las Hijas de la Caridad en Temara, en la periferia de Rabat, y que no fue televisada. Así Francisco homenajeó a quienes se ocupan de los más desfavorecidos sin importarles su fe.

La catalana Gloria Carrilero, la canaria María Luisa Quintana y la andaluza Magdalena Mateo tuvieron tiempo de bromear en español con el Papa a lo largo de una media hora.

Antes del Ángelus, el Papa se había dirigido a los sacerdotes y consagrados de la Iglesia de Marruecos, entre la que se encontraban obispos y clero de los países vecinos, tanto africanos y subsaharianos, como de España y Francia; hasta el prefecto apostólico de El Aaiún; el Consejo Ecuménico de Iglesias; y, entre todos, el sacerdote Ángel García.