El impacto del envejecimiento sobre la sanidad gallega ha centrado parte del debate sobre la reforma de la Atención Primaria exigida por los médicos, pero la presión no solo es asistencial, sino que también afecta al gasto en fármacos y material médico. Esto supone ya 15 de cada 100 euros del presupuesto anual gallego, alcanzando el año pasado el récord histórico de 1.428 millones de euros. Se trata de 222 millones más que en 2014, lo que supone un incremento superior al 18%. Y de acuerdo con las previsiones demográficas, irá a más.

Hace tres años, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, alertó de la necesidad de abrir un debate específico sobre la financiación autonómica, teniendo en cuenta el peso del envejecimiento poblacional „uno de cada cuatro ciudadanos supera los 65 años y en el año 2031 será el 33%„, sobre el gasto sanitario, pues no solo incrementa las visitas al médico de Atención Primaria y la dispensación de recetas por una mayor cronicidad de las dolencias, sino también los ingresos hospitalarios. Entonces, el dirigente gallego aseguró que la factura sanitaria crecería 700 millones en "dos o tres años".

De momento, en el periodo comprendido entre los años 2014 y 2018 solo la factura en medicamentos y en material (prótesis, gasas, catéteres, sondas...) ha crecido 222 millones, de acuerdo con los datos del Ministerio de Hacienda, en los que destaca el aumento del gasto farmacéutico hospitalario, referido a los fármacos para tratar dolencias graves como cáncer, VIH o hepatitis C. Este capítulo creció un 11% „casi 48 millones„ hasta alcanzar los 456,5 millones, de los que algo menos de 10 corresponden al tratamiento contra la hepatitis C.

Esto significa que el repunte del desembolso público se produce a pesar de la reducción en el coste de los fármacos contra esa enfermedad, que en 2015 elevaron la factura pagada por la Consellería de Sanidade en 100 millones. De hecho, ese departamento puso en marcha una comisión para decidir a qué pacientes suministraban esos fármacos de altísimo coste. La muerte de algunos pacientes a los que no llegaron esos medicamentos se encuentra bajo investigación judicial en un caso en que dos cargos de la Xunta están acusados de homicidio imprudente. La Plataforma de Afectados por la Hepatitis C vincula la restricción de esos tratamientos a los pacientes fallecidos con una decisión política para reducir el gasto, extremo negado por la Xunta.

A los 456 millones de gasto en los hospitales se unen otros 720,4 de medicamentos y productos dispensados con receta y 251,5 sin ella, de acuerdo con los datos del Ministerio de Hacienda. El primer capítulo creció un 2,1% y el segundo un 2,6%, lo que supone casi 15 y 7,4 millones de euros más, respectivamente.

La factura no para de crecer y la ingeniería contable es el mecanismo utilizado por el Ejecutivo de Feijóo para financiarla. El último ejemplo se produjo el pasado mes de diciembre, período en el que la Consellería de Facenda dio orden de cuadrar el presupuesto y destinar todos los fondos sin ejecutar al Sergas para paliar la insuficiencia de sus recursos presupuestarios, que sumaban 3.861 millones, más de un tercio de los 9.487 que manejó la administración gallega el año pasado.

Pues bien, la Xunta inyectó 266,8 millones en las arcas de Sanidade, que no podía pagar nóminas, medicamentos dispensados en farmacias y productos farmacéuticos y material sanitario. Necesitó 76,8, 56,6 y 133,2 millones para esas cuestiones, respectivamente. De la aportación extraordinaria de fondos, 249 millones procedían de partidas sin ejecutar del resto de consellerías.

Esta práctica es habitual. En 2017 las ampliaciones presupuestarias destinadas a la Consellería de Sanidade sumaron 268 millones, lejos, sin embargo, de los 420 de 2015, en una práctica de remendar las cuentas de este departamento criticada por el Consello de Contas, que le reprochó en varias ocasiones a la Xunta usar el fondo de imprevistos para gasto corriente previsible.

Por otro lado, el gerente del Sergas, Antonio Fernández-Campa, manifestó ayer que "no está previsto" que se convierta el Servizo Galego de Saúde "en un laboratorio fabricante" de medicamentos frente a las situaciones de desabastecimiento de fármacos.

Así lo señaló Fernández-Campa en respuesta a una pregunta de la diputada de En Marea Eva Solla en comisión parlamentaria sobre las medidas y gestiones llevadas a cabo por el Gobierno gallego en relación con el desabastecimiento y dificultades de suministro de determinados medicamentos a oficinas de farmacia.