Rechazo "absoluto" hacia unas prácticas que no solo no cumplen su objetivo „curar la homosexualidad„ sino que ni siquiera tienen los requisitos para ser consideradas terapias. Esta es la posición del Colexio de Psicoloxía de Galicia respecto a quienes prometen sesiones, talleres o terapias para cambiar la orientación sexual de los asistentes. "La homosexualidad no es algo que se tenga o se pueda curar así que poco debate hay pero esto va más allá. Para que algo se promocione como terapia tiene que cumplir dos requisitos: se eficaz y no hay nada que lo demuestre y no ser negativas, que no es el caso, la Asociación Mundial de Psiquiatría ya alertó de sus consecuencias negativas en 2016", sostiene.

"Van en contra de nuestro cógido deontólógico, toca cuestiones básicas, si un colegiado hace este tipo de terapias es un caso de mala praxis", señala Rodríguez, quien lamenta que se realicen todavía estas prácticas pero asegura que cree que "son casos puntuales", que no son algo generalizado y "normalmente vinculadas a una cuestión ideológica".

Rodríguez alerta de los efectos negativos de acudir a estas falsas terapias. "Estas prácticas transmiten la sensación de que son algo extraño, de que son algo que no deben ser y al no conseguirlo, esto genera frustración y un problema de identidad gravísimo. Transmiten la idea de que eres algo malo y es difícil vivir con eso", indica este psicólogo que recuerda que hasta los años 60 o 70 se llegaba incluso a tratar a homosexuales con "terapias agresivas, con descargas eléctricas" con el fin de cambiar su orientación sexual.

En cuanto a las familias, pide abordar el tema con "normalidad" y centrarse en dar apoyo.