En otras épocas eran frecuentes los incendios en las iglesias pero hoy en día pocos pueden decir que han visto, en directo, arder una catedral que además es todo un símbolo. En A Coruña la iglesia de Santiago, la más antigua de la ciudad „románica pero tras reformas transformada en gótico„ sufrió un incendio de características similares al de París, también en estas fechas.

Según publicó la Gazeta de Madrid, el Jueves Santo de 1779, entre las diez y las once de la noche, por un descuido con las luces del templo, se originó un fuego que se propagó muy rápidamente. Acudieron tropas militares y el comandante, en lugar de mandar sofocar el fuego con agua, que empeoraría la situación como en Notre Dame, mandó tapiar con piedra las puertas y derribar el tejado para confinar el fuego y que además no se extendiese al resto de la ciudad, lo que se logró, y sin ningún herido.

Esta publicación también contaba que un estudiante llamado Antonio Martínez, junto a un trabajador, entraron en la iglesia en llamas para salvar el arca del Santísimo Sacramento. Lograron solo sacar el copón con las sagradas formas de reserva para el Viático (que se trasladó a la Colegiata) y también algunos ornamentos de la Sacristía, como vasos sagrados y papeles.

Ardió todo el interior de la iglesia, con techumbre de madera, en una época en la que solían poner telas y velas dentro de los templos. Aguantó, sin embargo, como en la catedral parisina de Notre Dame, la estructura: los muros y arcos de piedra, el campanario y los ábsides.

La iglesia de Santiago de la ciudad de A Coruña es anterior al año 1161 aunque su última fábrica se hizo tras otro incendio previo, ocurrido el 6 de agosto del año 1506. Inicialmente tenía tres naves y tres ábsides pero hoy en día solo tiene una nave tras varias reformas.