Le asombra que volver a castellanizar su nombre, "como aparece en el DNI", haya despertado tantas hipótesis y se muestra reticente a seguir hablando de su paso por el Ministerio de Cultura, una vez superado el trago, porque, asegura, "se han escrito muchas barbaridades". Se ganó el

aplauso unánime con su memorable intervención en los Goya, donde hacía referencia a su brevedad,reflejo de lrespaldo que ha sentido de sus lectores.

Le tengo que preguntar por su cambio de nombre. De Màxim a Máximo

Es lo mismo, simplemente vuelvo a utilizar el nombre que tengo en el DNI. Pero no hay ningún cambio, al contrario. Ya me lo cambiaron hace tiempo [cuando trabajó en Canal]. Los mismos que se sorprendieron de que lo utilizase en valenciano se sorprenden ahora porque vuelvo a

mi nombre original. Pero se están diciendo muchas bobadas y al final me da mucha ternura.

¿No tiene nada que ver con Cataluña, por llevar la contraria?

Qué va a tener que ver, por favor.Yo no dejo de ser valenciano. Pero que me llamen como quieran. Mucha gente me llama Màxim, otro Máximo, mis amigos Max... de hecho después de 20 años casi nadie lo pronuncia bien en valenciano, ni lo escribe bien.

¿Por qué se decidió a plasmar en 'Intimidad improvisada' sus vivencias, incluida su experiencia en política?

Es una recopilación de textos nuevos y antiguos, que hablan de la vida y es un homenaje a los lectores que son los que contagian energía y los que me confirman que no estoy equivocado y que la literatura es un lugar estupendo. Hace referencia a esa pequeña intimidad que se crea con el lector en la firma, esa mirada, esa dedicatoria, esas confidencias; la que tenemos en el ascensor con el vecino o lo que hablamos con el

quiosquero. Esas cosas que parece que no tienen importancia y al final son la vida.

Uno de los capítulos lo dedica a su paso por el Ministerio de Cultura.

Es el único libro que se puede empezar a leer por el final. El último texto, Prefiero la vida, es en el que hago referencia a todo este tiempo de turbulencia y de dificultad. Ahí me hago una radiografía y hago un poco un recuento de emociones de esta última etapa, es un poco inventario de emociones. De hecho, todo el libro es así.

En esa recuperación de textos de diferentes épocas, ¿qué ha sentido al releerse con la distancia del tiempo?

Releerse es como entrar en casa de un familiar que ha fallecido, es encontrar fotos, abrir cajones, es una forma de volver a entrar en un lugar que ya no habitas. He sentido que la vida va muy rápida. Que todo pasa muy rápido y al final se quedan los buenos momentos.

¿Es su libro más personal?

Bueno, seguramente es un libro que marcará un antes y un después. Es un libro muy personal, sí. Pero es diferente, nos abría valorar eso. Sí que sé que es un libro en el que cualquier lector se puede ver reflejado porque a todos al final nos pasan las mismas cosas, a veces solo cambian los nombres, los lugares y la edad.

No habrá sido fácil desnudarse tanto, con confesiones tan íntimas y contando experiencias tan amargas

El lector no es tonto, descubre a su autor favorito entre líneas incluso en una novela. Uno al fin y al cabo escribe de lo que ve, de lo

que vive. Es cierto que este es un libro muy de verdad, muy a corazón abierto, porque es un paseante recorriendo la vida y contando lo que ve.

¿Y al final ha sido como una terapia?

El último texto refleja cómo me sentí después de dimitir, como fue ese extraño y maravilloso verano.Y hablar es muy bueno. La censura cuando nos la ponen es terrorífica, pero es peor la que nos ponemos nosotros mismos. Si es terapia lo sabre con el tiempo. Pero me quedo con el título de ese último artículo, Prefiero la vida.

Parece que en esos momentos no se sintió muy arropado por el PSOE y tampoco por Pedro Sánchez. Igual la izquierda es más radical para eso; si hubiera sido ministro del PP a lo mejor todavía sigue ahí

No voy a hablar más de eso porque no quiero más titulares. Sobre que la izquierda es más radical con eso, pues depende con quién porque con otros no se ha sido tan cruel. Pero hay casos en un partido y en otro. Igual sintió más solidaridad cuando le hicieron marcharse que cuando anunciaron su nombramiento... De la gente, los ciudadanos y los lectores he sentido un cariño tremendo. Pero la prensa está llena de prejuicios, aunque los lectores lo pillan enseguida. El lector no es gilipollas, ni el de prensa ni el de libros. Las barras de medir son peligrosas.

¿Ha sentido el respaldo de los lectores?

Me he sentido muy respaldado por los lectores. El anterior libro ni lo promocioné y me he sentido apoyado y querido por ellos.Pero durante este tiempo he aprendido mucho más de periodismo que de política y he descubierto que los lectores tienen una mirada mucho más diáfana que la voracidad de la prensa.

¿Volvería a la política?

Yo no vengo de la política. Fui periodista 2 años y escritor de muchos libros. Me embarqué en un proyecto ilusionante y por el que yo quería apostar. Pero a mí la política no me ha hecho ningún daño, me ha hecho daño leer mentiras en la prensa. El titular fácil no te das cuenta hasta que lo ves de cerca. Acumular mentiras es peligroso. Cuidado.