Una decena de personas se concentraron ayer frente al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) en defensa de la embarazada a la que un juez ha obligado a ingresar para provocarle el parto. "Seguiremos aquí hasta que liberen a una mujer que ha sido incapacitada de forma injusta", subrayaron los allí congregados.

A primera hora de la tarde de ayer no había noticias de que la mujer estuviera de parto, pese a que ya supera las 42 semanas de gestación. En nombre de los concentrados, Elena Fernández, subrayó que la mujer en ningún momento se negó a ser ingresada, sino que salió al exterior del hospital cuando los médicos le comunicaron que tenían que inducirle el parto, opción que este colectivo de personas considera muy peligrosa. "Ella salió del edificio para pensar la decisión de inducir o no su parte, pero cuando volvió, la sala de monitores estaba cerrada y por eso decidió irse a sus casa", explicó Fernández. Fue a raíz de ese momento cuando los agentes de la policía llegaron al domicilio de la mujer para dar cumplimiento de la orden del juez de ingresarla de manera forzosa en el HUCA.