"Es difícil premiar al mejor en algo, y que sea una elección prácticamente incuestionable. Había candidaturas de muchas disciplinas, pero quizás el que con más claridad era, de forma neta, el mejor en su disciplina era Peter Brook". Con estas palabras explicaba ayer José María Cano, miembro del jurado del premio Princesa de Asturias de las Artes, la concesión del galardón de este año al veterano director de teatro Peter Brook, considerado uno de los grandes renovadores de las artes escénicas durante el último siglo.

Peter Brook, de 94 años, recibió la noticia en Suiza, donde está preparando su nuevo proyecto teatral, Why. "Estoy profundamente emocionado por recibir el Premio Princesa de Asturias", declaró el director británico, en una declaración remitida a la Fundación. "Es un gran honor haber sido galardonado con este prestigioso premio. Estoy profundamente agradecido a todos", añade.

Según precisa el jurado, Brook es un "maestro de generaciones y considerado el mejor director teatral del siglo XX" además de "uno de los grandes renovadores de las artes escénicas" que "abrió nuevos horizontes a la dramaturgia contemporánea, al contribuir de manera decisiva al intercambio de conocimientos entre culturas tan distintas como las de Europa, África y Asia". Su candidatura, presentada por Antonio Lucas (miembro del jurado de las Letras), se impuso por mayoría tras un intenso debate. El director teatral ha confirmado a la agencia Efe su presencia en la ceremonia de entrega de los premios, el próximo mes de octubre en Oviedo.

Nacido en Londres en 1925, Brook realizó sus primeros montajes con apenas veinte años, cuando dirigió sendas adaptaciones de La máquina infernal, de Jean Cocteau, y La vida y muerte del rey Juan, de William Shakespeare. Dos años después, en 1947, asumió la dirección de The Royal Opera House, institución que lideró hasta 1950.

Durante la década de los cincuenta, Brook realizó innovadores montajes de diversas obras de William Shakespeare como Medida por medida (1950) o La tempestad (1955), lo que propició que accediese, ya en 1962, a un cargo directivo en la Royal Shakespeare Company y su teatro, localizado en Stratford-upon-Avon. Peter Brook dejaría la compañía en 1970, ante las trabas que le ponían para trabajar con actores internacionales. Algo que ha sido una constante en su trayectoria.

"Trabaja siempre con actores europeos, asiáticos y africanos, mezclándolos en un mismo reparto, en un mismo montaje, y eligiendo textos que puedan servir para las tres culturas. Es uno de los grandes renovadores y agitadores de la cultura del siglo XX", explica el actor y director teatral José María Pou, miembro del jurado.

Tras su salida de la Royal Shakespeare Company, Brook se instaló en París y fundó el Centro Internacional de Investigación Teatral (hoy Centro Internacional de Creaciones Teatrales), cuya dirección mantiene en la actualidad, con un vigor que desdice su avanzada edad.