Si la jornada de hoy transcurriese en un capítulo de la serie Black Mirror votaríamos por internet. Hoy es día de elecciones generales y también de autonómicas en la comunidad valenciana. En un mes, se volverá a votar en las locales, en las europeas y en 12 comunidades. Y si los resultados de hoy no dejan una mayoría clara de gobierno, volverán a celebrarse nuevas elecciones generales en poco tiempo. Y el año que viene están previstas en Galicia y País Vasco.

Pero, ¿y si votásemos por internet? Para empezar, nos ahorraríamos el tedioso trabajo del voto por correo. Que más que solucionar un problema, lo provoca. Es tan complicado hacerlo que es normal que la mayoría desista. Y los que quieren ejercer su derecho y están ese día lejos de su casa la odisea es considerable.

Si votásemos por internet también nos ahorraríamos el aburrido trabajo del recuento de votos. En el Congreso solo hay que contar las papeletas, pero en el Senado hay que sumar los votos uno a uno y a mano. Bendito siglo XXI. Y luego están los interventores que a veces ponen más problemas que soluciones. Y con la maraña de partidos que se presentan no sé cómo van a caber todos en las mesas electorales. También se podría prescindir de ellos.

Si votásemos por internet nos ahorraríamos el coste que supone una jornada electoral como la de hoy. Más de 138 millones euros entre aperturas de colegios electorales, urnas, papeletas, más de 3.000 notarios, más de 92.000 policías...

Si votásemos por internet no harían falta ni el presidente de mesa ni los dos vocales. Ni los pobres suplentes que tienen que madrugar y estar religiosamente a las ocho de la mañana en la constitución de la mesa y que, en la mayoría de los casos, se vuelven a sus casas a meterse de nuevo a la cama. En total, más de 180.000 personas. Y también nos ahorraríamos las colas en los colegios electorales a las horas punta, sobre todo entre que se sale de misa y se va a tomar el vermú.

Además de perder toda la liturgia democrática que suponen unas elecciones, los detractores del voto por internet alegan posibles problemas de seguridad y fraude. Con la tecnología que existe en estos momentos ya es posible realizar el voto electrónico. Los bancos y las empresas hacen sus grandes transacciones por internet y no pasa nada. Todas las primarias de Podemos se realizan de forma telemática y no ha habido problemas. Hacemos compras por internet, pedimos la cita para el médico por internet, pagamos a hacienda por internet? ¿Por qué no votamos ya por internet?

Los electores del Reino Unido, Estonia, Canadá, Francia o EEUU ya han votado de forma telemática y el sol volvió a salir al día siguiente. En Estonia ya se puede hacer desde 2005 y en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2012 se hizo en varios estados y tampoco pasó nada. Por cierto, la tecnología la puso una empresa española.

Los contrarios al voto electrónico también alegan que no todo el mundo tiene acceso a internet, aunque según el Instituto Nacional de Estadística, el 84% de los hogares españoles dispone de acceso a la red. Para empezar, pueden convivir ambos formatos, pero estaría bien que se diese la opción de votar desde casa, en zapatillas y pijama y con el móvil en la mano. Como en un capítulo de Black Mirror.