Después de anunciarse que la Academia de Cine de Hollywood no tiene previsto cambiar las normas para que una película pueda optar a los Oscar y, por tanto, no se blinda contra las producciones de Netflix y el resto de servicios de streaming, Steven Spielberg aclaró sus declaraciones respecto a la plataforma, como también lo que implica su defensa del estreno tradicional en salas de cine.

El director de Parque Jurásico y Salvar al soldado Ryan envió un comunicado al New York Times, en el que asegura que fueron los medios los que exageraron sus declaraciones. "Deseo que el público encuentre la manera de entretenerse de cualquier forma o moda. Pantalla grande, pantalla pequeña: lo que realmente me importa es que detrás haya una gran historia y todo el mundo debe tener acceso a las grandes historias", escribe Spielberg.

No obstante, el realizador matiza: "Sin embargo, creo que la gente necesita tener la oportunidad de dejar su tranquila vida familiar por un rato e ir a un lugar donde todos pueden sentarse en compañía de otros y tener una experiencia compartida „llorar, reír o tener miedo juntos„ para que, cuando la película acabe, se sientan menos desconocidos. Quiero ver la supervivencia de los cines, como también que el asistir a salas de cine siga siendo relevante en nuestra cultura".

Spielberg deja claro que el problema no es con Netflix en concreto, sino con el hecho de que películas que están creadas para verse primero en cines, estén disponibles para verse en casa demasiado pronto. Fuentes de su compañía, Amblin Entertainment, también comentaron que sus declaraciones se han sacado de contexto y se han tergiversado.

Eso sí, también apuntan a que Spielberg considera que los dueños de las cadenas de cine, como también los de las plataformas en streaming y de los estudios tradicionales, deben buscar un acuerdo común para proteger "la experiencia artística cinematográfica". Y ahí, parece que el cineasta está decepcionado con las grandes distribuidoras de salas, que no han querido negociar el período de exclusividad actual, de 90 días.

AMC y Regal, las principales cadenas de cine estadounidenses, se negaron a distribuir Roma, la oscarizada película de Alfonso Cuarón, debido a que incumplía los 90 días de exclusividad en salas. Cuando el filme del realizador mexicano fue nominado a diez premios Óscar, Spielberg se puso en contacto con los propietarios de ambas empresas para que distribuyan la cinta de Cuarón en sus salas, teniendo una negativa por respuesta.