El Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), al que durante años se derivaban pacientes oncológicos de toda Galicia para ser tratados en el servicio de hematología, no tira la toalla en la lucha por conseguir ofrecer las nuevas terapias CAR-T a sus pacientes. "Es un tratamiento que ha llegado para quedarse y a medio plazo todas las comunidades van a tener que tener un centro de referencia en el que se aplique. En hematología ofrecermos todos los servicios que hay hoy en día en la cartera de sanidad y esperamos incluir esta terapia cuanto antes", explica uno de los hematólogos del centro Guillermo Debén. Por ello, ya hay profesionales del hospital coruñés que se forman para poder aplicar estas terapias. "En la actualidad tenemos a un especialista formándose en Londres y a su regreso es probable que vaya otro compañero", indica Debén.

Este doctor explica que aunque el concepto teórico de la terapia CAR-T „"poder reorganizar el sistema inmunitario del paciente para que actúe como en el de una persona sana y sea el propio organismo el que elimine los tumores"„ tiene más de un siglo de vida, el lograr de forma efectiva "manipular las células y reprogramarlas" es algo que "se vió por primera vez en los congresos de 2016 y 2017 y es este año cuando ha comenzado a aplicarse en hospitales españoles". Por ello, asegura que todos los centros de España están "en la línea de salida", es decir, "nuestros profesionales no están menos formados que los de otros centros, todos estamos en fase de aprendizaje".

Debén reconoce que al tratarse de un tratamiento novedoso "es normal que la implantación vaya despacio y no se aplique en todos los centros", pero eso no quita que entre los profesionales del Chuac haya cierto malestar e "irritación" por haberse quedado fuera de los planes de Sanidad. "Entiendo que haya un periodo de afianzar el conocimiento en la técnica y que se inicien pocos servicios y también que es un tratamiento con precio muy elevado y haya que repartir los recursos pero sabe mal que al final siempre reparten los recursos a los mismos sitios", sostiene.

"Los hospitales a los que se les ha asignado la terapia tendrán que contratar a gente formada. Sabe mal que aquí estemos trabajando y no se valore lo que hacemos. Está claro que si das más a un sitio, ese sitio al final produce más", sostiene mientras critica que se haya hecho mucho hincapié en el número de trasplantes que realiza cada centro y no se valorase más "la amplia experiencia en hematología clínica que tiene este hospital". "Durante años enfermos oncológicos de toda Galicia venían a tratarse aquí", resalta para añadir que los criterios seguidos por Sanidad son de tipo "político-administrativo".

En la actualidad, estas nuevas terapias van dirigidas a dos tipos de pacientes muy específicos: quienes sufren leucemia linfobástica aguda (niños y jóvenes hasta los 25 años) y enfermos de linfoma B difuso de células grandes. "En ambos casos se aplicacuando el paciente sufre una recaída tras someterse a un trasplante y su estado general de salud no es muy malo porque esta técnica tampoco es milagrosa. Antes estos pacientes no tenían alternativa y ahora se abre una puerta que puede ser efectiva y en algunos casos curativa", explica Debén, quien tiene claro que ante las grandes ventajas de la CAR-T "en el plazo de meses o años será ya el tratamiento de primera opción y no para quienes recaen en la enfermedad".

Solo con linfoma B de células grande, el Chuac recibe cada año entre 30 y 40 nuevos pacientes. A la hora de cifrar cuantos pacientes del servicio de hematología se podrían beneficiar ahora mismo de estas terapias en A Coruña, Debén habla de "tres o cuatro", lo que supondría unos 15 cada año. "Un centro en Galicia con este tratamiento es necesario", concluye.