Una juez de Santa Cruz de Tenerife ordenó esta semana, en una decisión insólita, que una perra asistiera como testigo del juicio por maltrato animal abierto contra su antiguo dueño, al que se acusa de haberla arrojado a la basura encerrada en una maleta.

La magistrada Sandra Barrera sorprendió a los asistentes al pedir que pasara "la testigo perjudicada, la perra Milagros", una hembra de raza pitbull. La fiscal se encargó de aclarar a los asistentes que "obviamente la testigo no puede hablar", pero que iban a hacerlo por ella tanto la acusación pública como un médico forense.