"La opinión ha ganado a la verdad"

Escribió su segunda novela, La Madre (Planeta), a raíz de leer un artículo en un periódico.

Sí, de hecho, el personaje de la novela, la periodista Kate Waters, se topa con la historia de la misma manera que lo hice yo.

¿Le ocurrió lo mismo con La Sospecha (Planeta)?

No. La empecé con una pretensión: que la periodista se convirtiera en protagonista de la historia. Quise que Kate fuera la historia en sí misma y que viviera cómo es estar en el centro de una tormenta mediática.

Ha elegido Tailandia como escenario de su novela. Es un destino turístico de moda. ¿Mejor no leer la novela si se ha programado un viaje a Tailandia durante las vacaciones?

(Ríe) Nada que ver. El turismo es precisamente el motivo por el cual escogí este escenario. Kate tiene que ir allí porque su hijo se fue de año sabático. Como él, otras dos chicas británicas deciden viajar a Tailandia como mochileras. De repente, desaparecen. El caso se vuelve muy mediático y Kate no puede dejar de pensar en su hijo. Lo echa de menos y está preocupada.

¿Le ha pasado algo parecido?

Mi hijo pasó un año sabático en Vietnam. Fue terrible para mí. Nunca sabía dónde estaba, lo que hacía... No llamaba casi nunca. Utilicé mi propio miedo para ponerlo en la novela. Ahora, mi hijo es psiquiatra y tiene cuatro hijos. Supongo que pronto podrá sentir lo que yo sentí en su día (ríe).

¿Le ocurre lo mismo con su experiencia como periodista? ¿Utiliza anécdotas de su pasado en el Daily Mail , Daily Telegraph o en el Mail on Sunday ?

Sí. He trabajado como 30 años como periodista y reportera. Me he encontrado con miles de personas de toda condición. Tengo un gran abanico de personajes que puedo utilizar. De hecho, Kate está hecha de pedacitos de periodistas que he conocido durante mi carrera.

Cubrió el caso de Madeleine McCann.

Sí, fue muy duro. Volqué muchas de mis experiencias como periodista durante el caso en mi primera novela, La viuda (Planeta). Empatizaba mucho con la familia.

¿Kate Waters no es su alter ego ?

No. Nos llevamos muy bien (ríe), pero ella tiene su manera de pensar y su propia forma de ser.

Como periodista que es, ¿necesitó viajar a Tailandia?

Claro. Fíjese, eso es precisamente lo que me diferencia de otros escritores. Muchos se conforman con Google Maps, pero yo necesitaba ir allí y verlo con mis propios ojos. Los olores, los sonidos, las escenas... Un periodista tiene que ir al lugar de los hechos. Visité el youth hostel (hostal para jóvenes) en el que se iban a hospedar las mochileras de la novela.

El tema de la maternidad aparece de nuevo en esta obra. ¿Considera que la figura femenina no se puede desligar de este instinto?

No, no todas somos así. Depende de la mujer. Cada una aborda la maternidad de una manera. En mi caso, yo todavía la siento. Y no es nada malo. Es como somos. En La sospecha quería mostrar lo complejo que es la maternidad.

¿Escribe siempre en casa?

Sí, ¡y en la cama! Escribo desde buena hora de la mañana con un té. Rodeada de cojines (ríe). Lo hago así porque si me levantara seguro que encontraría otra cosa que hacer.

¿Cómo ve la profesión periodística? ¿Siente nostalgia?

Mucha, pero la vuelco en la literatura. Las redes sociales pueden desempeñar un papel maravilloso en la comunicación, pero eso no es periodismo. Lo que hizo internet fue crear rápidamente plataformas para agilizar el intercambio de información, pero nos hemos concentrado en el soporte y nos hemos olvidado del contenido. Tenemos que volver al reportaje y creo que ya se está produciendo esa "vuelta a los orígenes".

Últimamente se habla mucho de las fake news (noticias falsas). ¿Cómo afectan a los casos de investigación?

Enturbian mucho, y no solo en los casos de investigaciones policiales, desapariciones, etc. Ya está afectando a la opinión pública. La gente se lanza de forma muy rápida, se desatan tormentas en Twitter muy fácilmente.

De alguna manera, es el triunfo de la ficción sobre la realidad...

Se equivoca. Es el triunfo de la opinión sobre la verdad.