El tema de la anticoncepción siempre está en la mente de los expertos, pues es muy importante para muchas parejas y, especialmente en el momento actual, para poder controlar la natalidad. Se han utilizado numerosos compuestos con actividad demostrada a este nivel y los usuarios, normalmente siguiendo el consejo médico, eligen el que mejor se ajusta a su estilo de vida y necesidades. Los preservativos son los de uso más habitual y se consideran muy seguros y fiables, pero son muchas las mujeres que deciden "tomarse la píldora" para garantizar la consecución de sus objetivos.

Los anticonceptivos hormonales son medicamentos cuya función principal es evitar el embarazo, deben ser prescritos por el médico y nunca consumidos siguiendo el consejo de las amigas. Sus aplicaciones terapéuticas son variadas, incluyendo el control de sangrados intermenstruales, la reducción de molestias menstruales y premenstruales, el tratamiento de patologías como la endometriosis, los ovarios poliquísticos y otras, el aumento de calidad de vida tras una cirugía ginecológica, etc... Consulta a tu médico.

Puede utilizarse un fármaco anticonceptivo combinado que contiene dos hormonas (estrógenos y gestágenos) similares a las producidas naturalmente por el ovario; su acción combinada suprime la ovulación, aumenta la viscosidad del moco reduciendo la penetración de los espermatozoides e impide el desarrollo del endometrio dificultando la implantación del óvulo en caso de que fuera fecundado. Actúa a todos los niveles, por lo que se considera que presenta una alta eficacia y fiabilidad.

La vía de administración del compuesto es variada: oral (píldora), vaginal (anillo), transdérmica (parches) o intramuscular (inyectables). El especialista indicará la que mejor se adapte a cada paciente para evitar problemas en el seguimiento del tratamiento y su eficacia real. Así, respecto a la famosa píldora se tomaría una diariamente; el anillo se coloca en la vagina durante 21 días y se descansa una semana; el parche se pone uno cada semana durante tres y se descansa la cuarta; y el inyectable una vez al mes. Las posibilidades son numerosas y es fácil encontrar el que resulte más cómodo para tu estilo de vida.

Como ventajas destacaría que son seguros y eficaces, reversibles, no alteran las relaciones sexuales y presentan efectos beneficiosos como la mejora de la menstruación y la protección contra el cáncer de ovario y endometrio. Sin embargo, también presentan ciertas desventajas como que están contraindicados: durante el embarazo y la lactancia materna, las seis primeras semanas postparto, si existen sangrados vaginales de origen desconocido, el padecimiento de cáncer de mama, tumores hepáticos, hepatitis activa, cirrosis, en mayores de 35 años o en niñas muy jóvenes, fumadoras, con problemas cardiovasculares, diabetes asociada a problemas vasculares, etc...

Los efectos secundarios son frecuentes, especialmente al iniciar el tratamiento. Puede aparecer: sangrado irregular o prolongado, manchado, dolor de cabeza, náuseas, sensibilidad mamaria, cambios del estado de ánimo, acné, amenorrea, aumento de peso, mareos, etc... Si se presenta dolor intenso en el pecho, dificultad respiratoria, dolor de cabeza intenso con problemas visuales, dolor intenso en la pierna o en el abdomen, debe acudirse al médico y consultarlo.

Resulta importante hacer controles periódicos que descarten complicaciones que impedirían su uso, pero olvídate de los tópicos: no causan infertilidad (hay que dejarlo para quedarse embarazada previa consulta al ginecólogo), ni defectos de nacimiento, no requieren descansos salvo prescripción médica, no disminuyen el deseo sexual, no se acumulan en el organismo. Además, anillos vaginales y parches no afectan a la vida normal (playa, piscina, deporte) porque no se despegan ni se caen y no se nota que los llevas puestos.

Debes tener cuidado en ciertas situaciones: con la pérdida de efectividad de la píldora si vomitas en las 4 horas siguientes a su ingesta; con los olvidos, pues te puedes quedar embarazada y además, no te protegen contra las enfermedades de transmisión sexual y el VIH/Sida (combínalos con el preservativo para conseguirlo).

No se puede asociar directamente el consumo de estos fármacos con el aumento de peso que tradicionalmente se les atribuye. La experiencia de los laboratorios indica que no existe relación directa entre ambos, pero la experiencia de las mujeres dice lo contrario y les preocupa especialmente que esto ocurra. El tema, según los expertos, depende de la dosis, pero las actuales están muy bien ajustadas para minimizar ese riesgo. Consulta a tu médico.