El creador de Black Mirror, Charlie Brooker, se confiesa molesto cuando la gente percibe que su serie está en contra de la tecnología o les hace recelar de ella. ¿Quizá de lo que desconfiamos es de la propia capacidad del ser humano para controlarla?. Brooker tiene clara esta última lectura y, tal y como explicó en una entrevista en Londres, "en prácticamente todos los episodios los personajes son los que hacen las cosas mal, no la tecnología, que es neutral".

Netflix estrenará el 5 de junio los tres nuevos episodios que forman la quinta temporada de esta serie que dibuja, de forma independiente en cada uno de los capítulos, un universo paralelo en el que, de una u otra forma, la tecnología ha cobrado un papel crucial, aunque siempre termina por transformarse en algo perturbador. Sin embargo, tanto Brooker como la productora de la serie, Annabel Jones, insisten en que no son "antitecnología" y, de serlo, tendrían "el peor trabajo del mundo" porque la "utilizan todo el tiempo". "Nos encanta la tecnología, toda la que introducimos en los episodios nos gusta porque es para hacer la vida más fácil y emocionante", indicó Jones, al tiempo que subrayó que la clave es "encontrar el equilibrio y que seas tu quien controla la tecnología y no ella a ti".

A la hora de inventar nuevos mundos para ambientar las producciones, los creadores le dieron una vuelta de tuerca más y utilizaron "los milagros tecnológicos" de los que estamos rodeados elevados a su máxima potencia.