Las profesoras de investigación en el CSIC „el estatus equivalente a catedráticas„ apenas suponen el 25% de toda la plantilla. Beatriz Novoa, con un índice h 43, forma parte de este mínimo porcentaje además de liderar, junto con Antonio Figueras, el grupo de Inmunología y Genética del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM).

Son una referencia internacional en el uso del pez cebra como modelo para estudios biomédicos, incluso para analizar los mecanismos de infección de virus como el ébola. ¿Pueden llegar a sustituir a los ratones?

Describimos cuál es la diana celular del ébola y el dengue, pero utilizando un virus que solo afecta a peces. Trabajamos con enfermedades inflamatorias y en la respuesta frente a infecciones virales a nivel de expresión de genes y el pez cebra es muy interesante porque responde de manera muy parecida a un humano. Muchos estudios biomédicos se hacen con cultivos celulares pero con el pez cebra utilizamos el organismo entero y a la hora de probar un fármaco, por ejemplo, supone evidentes ventajas. No sustituye al ratón, que es un mamífero, pero está bastante cerca. Ha permitido adelantar muchísimo el estudio de enfermedades como la tuberculosis y hoy se estudia en pez cebra y a nivel muy alto desde la adicción a drogas al parkinson o el alzhéimer.

¿Qué proyectos desarrollan actualmente con pez cebra?

En el grupo tenemos tres líneas y contamos con varios proyectos europeos y nacionales. Una es la inmunología en moluscos y ahí estudiamos el potencial de moléculas con propiedades antivirales o antibacterianas. Una segunda línea está relacionada con las enfermedades en acuicultura. Y en la parte del pez cebra nos enfocamos en la reacción inflamatoria. Es una respuesta inespecífica que el hombre comparte con peces e invertebrados y que se consideraba muy rudimentaria pero estamos buscando mecanismos que la modifiquen o regulen. Y hay conexiones muy claras con el metabolismo o el eje neuroendocrino.

¿Cómo ve el sistema español de I+D?

En nuestro grupo no hemos tenido grandes problemas económicos, pero sí de falta de personal. La inversión en ciencia debe ser permanente, aunque sea pequeña, y mantener un número de plazas. Trabajé durante cinco años en el ministerio gestionando proyectos y convocatorias de personal y fue algo dificilísimo. Hay muchísima gente muy buena y algunos ya tienen una edad en la que deciden marcharse al extranjero o dejar la ciencia por falta de estabilidad. Tenemos gente formada en el grupo en Noruega, EEUU o Alemania y consiguieron plazas fijas sin ningún problema.

¿Hay riesgo de quedarse sin relevo generacional?

Claro que lo hay. Salir al extranjero es bueno, pero tiene que haber un mínimo de plazas para poder entrar en el sistema, que está envejeciendo. España tiene un listón muy alto para acceder a la carrera científica.

Y los que lo consiguen y brillan tampoco lo tienen fácil, ¿se reconoce la excelencia?

En España se iguala por abajo y no hay incentivos a la excelencia. El que tienes es tu propio trabajo y que te gusta lo que haces. Y no hablo de lo económico, porque no eliges esta profesión para ganar dinero. Muchas veces es cuestión de facilitar las cosas. Está bien el control y hay que ser exquisitos en el gasto pero la burocracia llega al absurdo.

Podemos ha vuelto a criticar las donaciones de Amancio Ortega como estrategia de campaña.

En España no estamos demasiado acostumbrados a algo que en el mundo anglosajón es muy habitual. Se entiende como limosna y, hombre, a mí no me lo parece. Ojalá que más empresas lo hiciesen y tuviesen beneficios fiscales para que incluso las pequeñas invirtiesen en investigación. La sociedad debe saber que la ciencia no es un gasto superfluo, sino una inversión que necesitamos y sobre la que debería existir un pacto nacional. Si no, España quedará convertida en un país de chiringuitos y turismo de sol y playa. Y a mí me gustaría que fuese un país fuerte porque además tenemos el talento. La gente es muy creativa y hace verdaderos milagros con poquísimo dinero. Los jóvenes que salen de las carreras desconocen que en España se trabaja en muchísimas disciplinas y que somos punteros a nivel mundial en ecología o investigación agraria. Tenemos que explicar lo que hacemos y en esto ya se ha cambiado bastante.