Las vacaciones de miles de gallegos que viajan bajo el paraguas del Imserso se tambalean. El conflicto abierto por los hoteleros a cuenta del nuevo Plan de Turismo Social presentado por el Gobierno ha encendido las alarmas en el sector, que considera insuficiente la financiación, y que ha llegado a amenazar con el desplante de algunos establecimientos. En Galicia, han quedado en la diana 86.000 viajes, según los últimos datos actualizados, en una pugna que tiene como telón de fondo las icónicas imágenes de jubilados disfrutando de su asueto en conocidos destinos como Benidorm, Mallorca o Peñíscola.

El pasado 8 de mayo se disparó la tensión de un conflicto que se venía larvando desde hacía dos años, tras la prórroga del anterior ciclo. La Confederación Española de Hoteles (Cehat) impugnó ante el Tribunal Económico y Administrativo los pliegos del concurso y solicitó la suspensión cautelar del proceso de licitación, al que optan tres empresas (Mundiplan, Mundosenior y Logitravel) para las anualidades 2019-2020 y 2020-2021. Y no porque el sector impugne las bondades del turismo del Imserso, cuya temporada arranca el próximo mes de septiembre. Los hoteleros destacan la capacidad del programa para mantener la actividad y desestacionalizar la demanda, pero a cambio exigen más recursos. Concretamente: pasar de los 22 euros de prestación pública por huésped y día „en régimen de pensión completa„ a un umbral de 25 euros.

La decisión, que en último caso corresponde al Tribunal, añade un poso de incertidumbre a casi un millón de viajes y 87.000 empleos en toda España. Mientras, en la comunidad, en 2016 se ofertaron 86.241 plazas. Eso sí, la demanda suele superar con creces a los que finalmente resultan beneficiarios. Son más del doble: en el mismo año el Imserso recibió 195.947 solicitudes de gallegos que querían hacer las maletas. El perfil más habitual en todo el territorio es el de un pensionista que no ingresa ni 740 euros al mes. Suponen uno de cada cuatro.

En paralelo, Galicia no es solo un foco de demanda. También supone el destino para más de 8.600 solicitantes y una fuente de actividad para 1.370 empleos. Sin embargo, las reivindicaciones del sector gallego no difieren de las de la Cehat. "Se han ido incrementando los costes y lo que no puede ser es que cada vez se pague menos", denuncia César Ballesteros, presidente de una asociación de empresarios de hospedaje gallega. "Suben los salarios, los costes laborales y de suministros, y no solo estamos con precios de hace 3 o 4 años, sino que los requerimientos cada vez aumentan más. Una cosa es que se puedan mantener plantillas en temporada baja pero no puedes perder dinero con el hotel lleno".

Como ejemplo, Ballesteros detalla que los gastos de limpieza de una habitación de un hotel "estándar" rondan los 17 euros y que algunos optan por reducir al mínimo los denominados amenities: los clásicos artículos de aseo. La alternativa, propone el responsable de la patronal, pasaría por reducir el número de plazas para ganar en atención y calidad.

En el lado puesto, los sindicatos denuncian un "chantaje" por parte de los empresarios para forzar al Gobierno a ceder a sus pretensiones. Anatolio Díez, secretario general de la Unión de Jubilados y Pensionistas de UGT, prefiere enviar un mensaje de "tranquilidad" a los jubilados „ "el recurso no va a paralizar el proceso", consuela„ y reduce las quejas de los hoteleros. "Si los hoteles dependieran al 100% con del Imserso tendría una repercusión importante, pero ninguno de los que interponen el recurso lo hace. Al final parece que lo jubilados tenemos se lo tenemos que agradecer a los hoteltes cuando es al revés: sin el programa de viajes, no habría posibilidad de que estuvieran abiertos".

Díez reclama que no sean los pensionistas los que acaben pagando los platos rotos del conflicto, abriendo un poco más la cartera. En viajes peninsulares, la aportación mínima de los usuarios se sitúa en torno de los 140 euros. La máxima alcanza los 350 euros.