De lo último en tecnología a lo tradicional. Del robot más innovador que permite localizar en segundos un fármaco y llevarlo a través de un conducto interno a la consulta externa donde se atiende el paciente al mortero de toda la vida y la pesa para hacer un fármaco a medida para el enfermo. El servicio de Farmacia del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) elabora cada año más de 80.000 dosis de fórmulas magistrales, es decir, medicamentos que tal y como los necesitan los pacientes del centro o el área sanitaria "no existen en el mercado", asegura la jefa de este servicio, María Isabel Martín.

Una labor que se desarrolla en el área de farmacotecnia, un completo laboratorio, donde de manera artesanal se elaboran cada año unos 10.000 jarabes para niños, 14.000 colirios o más de 3.000 productos para la piel. "En niños, por ejemplo, es muy frecuente que se necesiten fórmulas magistrales ya que hay ciertos medicamentos que existen para adultos, pero que no pueden dispensarse así en niños, donde la dosis depende del peso y es mejor en formato líquido", indica Martín, quien pone otro ejemplo: "Para un ojo traumático puede que nos pidan un colirio reforzado con un antibiótico".

Los tiempos a la hora de elaborar un tratamiento son claves aunque varían en función de la fórmula. "Hay algunas que pueden tardar hasta 48 horas porque necesitan reposo y, sin embargo, hay otros jarabes, por ejemplo, que en media hora pueden estar listos para ser administrados", señala Marta García, del área de farmacotecnia. Y este laboratorio donde se elaboran las fórmulas magistrales se complementa con otra zona, totalmente aislada y con protocolos de seguridad, donde se elaboran aquellas terapias personalizadas que precisan de una zona esterilizada para su creación. Es aquí por ejemplo, donde se desarrollan las mezclas de tratamiento intravenoso, de los que se realizan cada año más de 40.000 dosis, indica la jefa del Servicio de Farmacia, María Isabel Martín.

Y tan solo unos metros más allá se encuentra otra zona, también esterilizada y adaptada a las necesidades, donde se preparan, entre otras cuestiones, la alimentación vía parenteral que recibirán aquellos pacientes que no pueden ingerir por sí mismos o que tienen pautada esta forma de alimentarse por el médico. Una labor que realizan profesionales de Enfermería. "Nos encargamos de preparar la mezcla intravenosa, es decir, la alimentación que va por vena o medicamentos citotóxicos para cada pacientes", explica una de estas enfermeras, Teresa Burque.

Con experiencia previa en planta, al trabajar en un área de cirugía, esta enfermera reconoce que en este nuevo puesto "se echa de menos el contacto con el paciente" aunque a veces sí tienen acceso a ellos para realizar extracciones. Pese a estos cambios, Burque se siente muy satisfecha con su labor en la Farmacia del Chuac. "Aquí aprendemos mucho de fármacos y es muy satisfactorio preparar algo que beneficia a los pacientes pero es una responsabilidad, nunca se puede bajar la guardia", señala.

El contacto entre farmacéuticos y médicos del Hospital de A Coruña es constante para garantizar la seguridad y efectividad del tratamiento sin problemas de alergias o interacciones. Una comunicación que se vuelve más importante con fármacos sensibles como pueden ser aquellos que se prescriben en hematología. "Ofrecemos una atención integral desde validar el medicamento prescrito de los pacientes en planta hasta recibir a enfermos en consulta para adecuar su tratamiento", indica Elena Fernández, farmacéutica especializada en hematología.

Todos los profesionales de Farmacia (desde enfermeros y farmacéuticos a médicos, técnicos y celadores) unen fuerzas para velar por el buen tratamiento de los pacientes.