Asegura que el derecho debe ir "modernizándose" para adaptarse a la "realidad" de la sociedad, pero sostiene que legislar es una tarea que lleva tiempo y es preciso hacerlo con "tranquilidad y reposo". "Nunca se puede legislar en caliente", sostiene el catedrático de Derecho Mercantil y abogado coruñés José Manuel Otero Lastres, que acaba de ser elegido académico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España. Otero Lastres (Cee, 1947) entrará en la entidad a final de año y ya trabaja en el que será su discurso de ingreso: una revisión sobre si el derecho de los consumidores es un sector especial del Derecho o si se trata de un principio general de interpretación, tema que ya abordó en la Memoria de Ingreso en su oposición a cátedras en 1977.

¿Qué supone para usted entrar en la Real Academia de Jurisprudencia?

Es todo un honor. En mi carrera académica, supone culminar y reforzar el compromiso con la investigación, creación y enseñanza del Derecho y, desde un punto de vista personal, implica entrar a formar parte de un grupo muy reducido de personas, los académicos, cuya tarea científica es apasionante. Formar parte de este grupo de juristas es todo un honor y al mismo tiempo un compromiso. Es una función muy bonita y un privilegio poder desarrollarla.

¿Qué funciones desarrolla la Academia?

Es una corporación de derecho público que tiene por objeto fundamental la investigación, la enseñanza, el estudio y la vigilancia sobre la práctica del derecho. Así como la RAE tiene por función fundamental fomentar la correcta utilización de la lengua, la Academia de Jurisprudencia algo parecido con la correcta formación y desarrollo del Derecho, que se vigile todo el tema de proceso de creación de las leyes... En definitiva, contribuir a la mejora del derecho.

¿Asesoran a los Gobiernos a la hora de elaborar las leyes?

Sí, siempre que se le pida opinión, la Academia se pronuncia sobre las distintas leyes o los problemas jurídicos que se plantean en cada momento.

En una sociedad en constante cambio, ¿las leyes tienen que estar en continua revisión?

El derecho siempre va detrás de la sociedad , lo sabemos todos los juristas. La realidad va por delante y el derecho va siempre detrás, pero lo importante es que el derecho se vaya modernizando, en el sentido de que no haya una brecha muy amplia entre lo que se vive en la realidad y lo que está en las leyes. Por ejemplo, el código de comercio que es de 1885 y hace pocos años que estaba vigente en buena parte de sus normas contemplaba todavía la realidad de los pequeños comerciantes y de los buques de vapor... Lo que tenemos que hacer es que las normas contemplen la realidad del tiempo en el que son dictadas. Hay materias en las que el derecho está continuamente modificándose como en el ámbito del derecho administrativo y en otras la transformación va más lenta porque los cambios sociales van más despacio, como con el derecho civil o el mercantil. Pero aun así, por ejemplo, la familia de hoy no tiene nada que ver con la del siglo XIX que es la que se recogía en el código civil que era del siglo XIX. De lo que se trata es de ir modificando las leyes para ir adaptándolas a la realidad en la que se vive.

Hay gente que cree que estos cambios son muy lentos...

Es que el derecho no se puede equivocar, tiene que ir lentamente porque no se puede legislar a golpe de crisis. Hay que dejar reposar las cosas. La propia dinámica de modificar las leyes es lenta, no es de un día para otro salvo casos aislados. Los parlamentos legislan con cierto tiempo para pensar las cosas y tiene que ser así. El derecho tiene que ir avanzando poco a poco, pero avanzando.

Entonces, ¿nada de legislar en caliente tras un suceso muy llamativo o impactante?

No se debe. Hay que legislar con tranquilidad, pensándolo bien, ver todos los ángulos, todos los intereses en juego y cual es la mejor respuesta que tiene que dar el legislador al conflicto.

En el último año con la sentencia de La Manada o el juicio del procés hay parte de la ciudadanía que parece no compartir las decisiones judiciales. ¿Falta confianza en la justicia?

El problema es que los jueces tienen que aplicar la ley, no pueden hacer otra cosa. Tienen que interpretarla y aplicarla, lo que no pueden hacer es crear el derecho, para eso están los parlamentos. Y hay realidades, algunas nuevas, con las que se encuentran los jueces, respecto de las cuales las normas quedan estrechas. En el derecho penal hay lo que se llama el principio de tipicidad y o una conducta encaja exactamente en el tipo que figura en la ley o no se te puede condenar; entonces hay una especie de tensión entre lo que ve la sociedad y las leyes dictadas para responder a esta realidad, leyes obsoletas y que probablemente se reformarán pero no lo pueden hacer los jueces, lo tienen que hacer los parlamentos. No es que este mal la sentencia, es que está mal la ley. Los jueces pasan por llevar la culpa de que aplicaron mal la ley y no es verdad.

Entonces, ¿cree que la mayoría todavía confía en la justicia?

Sí, la calidad de la justicia española es muy elevada. A nivel de derechos fundamentales estamos entre los países más avanzados. Si me pregunta cómo está el estado de salud jurídica de España: bien, buena salud. Puede mejorar pero tiene buena salud.

Está especializado en propiedad intelectual, ¿es un terreno con mucha conflictividad?

Sí. Hasta ahora, en el siglo XIX y XX el derecho mercantil era el derecho de pequeños comerciantes, de los pequeños negocios, pequeñas y medianas empresas, un derecho básicamente comercial pero hoy es un derecho de la gran industria, derecho de la competencia y la competencia se basa muchísimo en la creatividad .Tienes que crear nuevos diseños para ofrecer los productos más atractivos, tienes que patentar invenciones para resolver problemas técnicos que no tenían solución, etc... Los derechos que protegen esas cuestiones son los de propiedad industrial e intelectual.

Compagina su labor como docente y abogado con la escritura, ¿de dónde saca el tiempo?

Llevo una vida muy ordenada. Cambio mucho de actividad y procuro no perder el tiempo. Los distintos trabajos que tengo me distraen, pero la literatura es lo que más me apasiona.

¿Es difícil inspirarse?

No es fácil tener una buena historia. Todas parten de un pequeño germen, una célula que se va dividiendo hasta crear una novela. Ahora preparo una novela a partir de un abrecartas de jade.