Una marea verde volverá a teñir mañana de color esperanza las calles de A Coruña, que acogerán la octava edición de la carrera y la caminata organizadas por la Junta Provincial de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) para recaudar fondos que la entidad destinará, íntegramente, a investigar esa enfermedad. Una dolencia que el pasado año irrumpió en la vida de más 18.900 gallegos, lo que se traduce en medio centenar de nuevos diagnósticos cada día. Las inscripciones para la carrera ya están cerradas, con una cifra récord de 3.301 (200 más que en 2018), pero desde la AECC informan de que todavía es posible apuntarse a la caminata, a lo largo del día de hoy, en la nueva sede de la entidad (Avenida de la Marina, 12), en horario ininterrumpido de 10.30 a 20.30 horas; o mañana, hasta las 09.30 horas, en la carpa instalada junto al Obelisco.

Uno de los que ya tienen su dorsal para mañana es Pablo Nogueira. Con solo 25 años, este joven coruñés tiene un máster en supervivencia. En noviembre de 2016, de forma casual, le diagnosticaron un cáncercáncer testicular del que, a día de hoy, está recuperado. "Todo empezó un domingo, durante un partido de baloncesto en Carballo. Nunca lo olvidaré. Como en otras ocasiones, recibí un golpe en uno de mis testículos. Pero en esta ocasión fue diferente. Pasados unos días, como la hinchazón no bajaba, decidieron hacerme pruebas, y ahí fue cuando me detectaron el tumor", rememora.

Pablo reconoce que el diagnóstico fue un "palo brutal", sobre todo por inesperado -"¡Bendito golpe! Gracias a eso me detectaron a tiempo la enfermedad", subraya-, pero asegura que, "desde el minuto uno", en su mente solo estaba "la meta de la recuperación". "Supongo que esta actitud también está estrechamente vinculada con los valores de sacrificio, esfuerzo y perseverancia que aporta el deporte", señala. Durante el tratamiento, nunca estuvo solo. Sus padres y su hermano fueron su apoyo incondicional, su armadura frente a las embestidas de la enfermedad. "Siempre han estado ahí, apoyándome. Si antes ya estábamos unidos, ahora mucho más. Somos una auténtica piña", destaca. Tanto es así, que desde hace tres años, la familia al completo participa en la carrera organizada por la AECC en A Coruña para recaudar fondos destinados a investigación. "Para nosotros es ya una cita marcada en el calendario. Este año mi hermano causará baja, porque se encuentra trabajando en Barcelona, pero si estuviese aquí, correría también", apunta Pablo, quien reconoce que su principal motivación para participar en la prueba es respaldar la investigación, pero también visibilizar su apoyo a las personas que están pasando por el duro trance que él ya superó. "Sentirte apoyado durante todo el proceso es fundamental", recalca.

La asturiana Rebeca Gómez también se enfundará mañana el chándal y las zapatillas deportivas, en su caso, para tomar parte en la caminata. Esta vecina de A Coruña de 39 años, en pleno tratamiento de un cáncer de mama que le fue diagnosticado el pasado mes de noviembre, reconoce que le hace "mucha ilusión" responder a la convocatoria de la AECC. Tanto es así, que se echará a recorrer los 4,5 kilómetros de la prueba apenas tres días después de finalizar su segundo ciclo de quimioterapia. Como Pablo, tampoco lo hará sola. La acompañará su "segunda familia", el grupo de amigas que conoció en las diferentes actividades que desarrolla la AECC y que, asegura, están siendo uno de sus grandes puntales para sobrellevar la enfermedad. "Mi familia está en Asturias, aquí solo tengo a mi pareja, así que el hecho de haberme cruzado con este grupo de mujeres maravillosas ha sido un bálsamo para mí", destaca.

Rebeca solo tiene buenas palabras para ellas, al igual que para la AECC. "Tras el duro golpe del diagnóstico, y una vez superada la fase inicial de miedo e incertidumbre, saliendo del hospital vi un cartel en el que se anunciaban los cursos de la asociación, y decidí pasarme por la sede para informarme. En la actualidad, voy a clases de yoga y a marcha nórdica, y ambas actividades me están sentando fenomenal. El cáncer es una enfermedad con tratamientos duros, muchos altibajos... Hay días en los que te vas a encontrar mejor, y días en los que el cuerpo solo te pedirá cama y descanso. Aún así, yo recomiendo a todo el mundo que, en la medida de sus posibilidades, traten de hacer cosas y llevar una vida lo más normalizada posible", señala.

Comparte plenamente su opinión su amiga Cristina Marcote, también en pleno proceso de recuperación de un cáncer de mama que le fue diagnosticado en febrero del pasado año. Al igual que Rebeca, Cristina participa activamente en las diferentes iniciativas que organiza la AECC -y también la Fundación María José Jov-, y mañana será una de sus compañeras en la caminata. No se tratará, sin embargo, de su primera vez. "Antes de enfermar, en 2014, participé con una amiga en la carrera y fue una experiencia que me encantó. Se crea una atmósfera especial, hay muy buen rollo, y todos los fondos recaudados van directamente para proyectos de investigación que financia la AECC. Creo que es muy importante destacar este aspecto, porque la principal batalla contra el cáncer es la que se está librando en los laboratorios. En los últimos años, de hecho, ha habido avances importantísimos. La supervivencia ha aumentado un montón en muchos tipos de tumores y las terapias son cada vez menos agresivas, lo cual permite que los enfermos tengamos una calidad de vida muchísimo mejor", concluye.