La pequeña pantalla funde a luto. Narciso Ibáñez Serrador, popularmente conocido como Chicho, falleció ayer a los 83 años de edad en un hospital de Madrid, donde había sido ingresado días atrás a consecuencia de una infección, agravada por el delicado estado de salud del creador, que padecía una enfermedad degenerativa. Con su muerte, España pierde a un pionero absoluto de la ficción televisiva, un renovador de los géneros populares y el creador del concurso más popular y exitoso de la historia de la pequeña pantalla en nuestro país: Un, dos tres.

Nacido en Montevideo (Uruguay) en 1935, Chicho Ibáñez Serrador y su madre, la actriz Pepita Serrador, se trasladaron a vivir a España cuando él tenía doce años. El joven estudió bachillerato en Salamanca y veló sus primeras armas como actor en la compañía de su madre. Cuando comenzaba su carrera en el teatro, Ibáñez Serrador fue contratado para actuar en una serie de la televisión argentina: Obras maestras del terror. Al descubrir el medio televisivo, abandonó las tablas y se centró en el audiovisual.

En 1963 comenzó a trabajar para Televisión Española, adaptando piezas teatrales para Estudio 3. Ya en 1966 llegaría su primer gran triunfo en televisión: Historias para no dormir. Una serie pionera en España que adaptaba obras de misterio y terror, que se convirtió en todo un fenómeno durante los tres años que se emitió.

Tras concluir la primera etapa de Historias para no dormir (una segunda tanda de episodios se estrenaría en 1982), Ibáñez Serrador dio el salto al cine con La residencia, filme de suspense ambientado en una estricta residencia para señoritas estrenada en 1969. Su producción cinematográfica alcanzaría su cénit siete años después, cuando Ibáñez Serrador dirigió ¿Quién puede matar a un niño?, filme de terror basado en la obra homónima del escritor asturiano Juan José Plans. Película considerada hoy "de culto", se trata de una de las obras más influyentes en la vertiente europea del género.

'Un, dos, tres'

Pero la tremenda popularidad de Chicho Ibáñez Serrador no se explicaría sin Un, dos, tres. Nacido en 1972 bajo el título de Un, dos, tres... responda otra vez, el concurso fusionaba las dinámicas propias de los concursos de preguntas y respuestas con las de los centrados en las habilidades físicas y los de carácter psicológico, en un programa revolucionario y un auténtico tour de force televisivo. Un, dos, tres se emitió en diez etapas distintas, para un total de 22 años, entre 1972 y 2004. Su época de mayor esplendor llegó en la década de 1980, cuando presentó el concurso la carismática Mayra Gómez-Kemp, sucesora a los mandos de Kiko Ledgard.

El concurso fue el mayor éxito de Ibáñez Serrador, pero no el último. Tras llevar a las pantallas españolas el terror con "Historias para no dormir" y las risas con el Un, dos, tres, el productor introdujo el sexo en la pequeña pantalla con el programa divulgativo Hablemos de sexo, espacio pionero en este ámbito, conducido por la psicóloga Elena Ochoa.

Los últimos años de Chicho Ibáñez Serrador estuvieron marcados por su lucha contra una enfermedad degenerativa. Su última aparición pública se produjo el pasado enero, cuando recibió el premio Goya de Honor.

Más allá de su aportación al medio televisivo, el galardón reconocía la influencia de Ibáñez Serrador, sobre el cine de género, tanto por Historias para no dormir como por sus dos incursiones en pantalla grande. Aunque menospreciadas en su estreno, sus películas son hoy títulos de referencia para cineastas como J.A. Bayona y Álex de la Iglesia, quien ayer, tras conocer la muerte del cineasta, hacía la siguiente reflexión: "Su trabajo no ha sido suficientemente reconocido por su generación y hemos tomado esa labor los que veníamos detrás, tomándolo como ejemplo de falta de trascendencia, de amistad con el público y de amor al genero".