Ocho de cada diez mujeres de entre 50 y 69 años que residen en la provincia de A Coruña se sometieron en 2018 a una de las mamografías periódicas del Sergas, pero no todas hacen los deberes. De las 94.624 coruñesas que estaban llamadas a participar en el Programa Galego de Detección Precoz do Cáncro de Mama, un total de 18.499 no acudieron a las pruebas de control, lo que supone una quinta parte de las convocadas, según los últimos datos de la Consellería de Sanidade. Pese a que una de cada cinco no se realiza las mamografías periódicas „tasa similar a la media gallega„ para el responsable de la Unidad de Mama del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), Joaquín Mosquera, los datos son muy positivos. "Superar el 70% de participación en un cribado es una tasa buenísima. Galicia está entre las comunidades con mejores tasas en este programa", sostiene.

Los datos del Sergas indican que unas 18.500 coruñesas quedan fuera de forma voluntaria del cribado de cáncer de mama, pero los médicos aseguran que la cifra de quienes realmente no se someten a ningún control es mucho menor. "Hay quien tiene miedo a la prueba, por ejemplo, pero estos casos son raros, una minoría. En realidad de ese pequeño grupo que no acude a las mamografías del Sergas, la mayoría sigue un seguimiento por otro lado: en consultas privadas o con compañías de seguros", indica Mosquera, quien recuerda que también las pacientes de alto riesgo se controlan al margen del cribado estándar. "Mujeres con antecedentes familiares, que hay sufrido radiación por sufrir algún tumor de jóvenes o que tienen alguna mutación genética que eleva su riesgo de sufrir tumor de mama tienen un seguimiento que no se limita a una mamografía cada dos años, hay otra periodicidad y se someten a otras pruebas", indica Mosquera, quien también deja claro que "ante el menor síntoma" o anomalía que pueda hacer sospechar de que se padece un cáncer de mama, "no hay que esperar a que llegue la cita del cribado". "Hay otros circuitos, que consulte con su médico y existen vías rápidas", asegura.

El Programa Galego de Detección Precoz de Cancro de Mama cumplió 26 años, con unas tasa de participación para presumir. Desde 1992 y hasta 2018, el 78,9% de la población diana „las mujeres de 50 a 69 años„ se sometieron a las pruebas de control, según indicó esta semana el Sergas, quien recuerda que desde 2006 la tasa de participación supera los "valores establecidos por las guías europeas de garantía de calidad en cribado y diagnóstico mamográfico tanto en el valor aceptable (situado en el 70%) como en el deseable (75%). De hecho, según los médicos, Galicia puede sacar pecho y presumir. "Es un programa que está muy asentado y siempre estamos entre las comunidades con mejores tasas de participación", señala Mosquera, quien reconoce que hay muchas diferencias por autonomías y que en algunas incluso "el plan está todavía en los inicios de su implantación".

El objetivo del cribado de cáncer de mama es reducir la mortalidad por este tumor al detectar la patología en estadios más iniciales. Para ello, a partir de los 50 años, el Sergas cita cada dos años a las mujeres para someterse a una mamografía. "Es la prueba establecida a nivel mundial para el cribado en población estándar, es decir, que no tiene un riesgo elevado. Permite detectar antes los tumores y esto hace que sean tumores con mejor pronóstico y por tanto favorece la supervivencia", explica el doctor Mosquera.

Una vez realizada la mamografía será evaluada por dos radiólogos diferentes „ninguno conocerá el resultado del otro„ y si uno de ellos determina que la información no está clara, la paciente volverá a ser llamada para una prueba complementaria como una ecografía, una resonancia o una mamografía localizada. "La gente suele asustarse, pero esto no quiere decir que se tenga un tumor sino que el resultado no está claro. De hecho, la mayoría de estos casos no terminan en tumor", indica Mosquera. Lo más habitual es que la mamografía no muestre posibles lesiones malignas. De las 167.733 mujeres que participaron en el cribado en Galicia el pasado año „la cifra más alta de su historia„, solo se llamó de nuevo al 2,45% y se detectaron 655 casos de tumores, según los últimos datos aportados por la Consellería de Sanidade.