La neurobióloga holandesa Mitzi László ha sido reclutada por Tim Berners-Lee, el padre de internet, para su proyecto Solid, con el que se propone devolver a los ciudadanos el control de sus datos con una internet segura. László tiene uno de esos perfiles profesionales mixtos que cada vez abundan más en el negocio digital. Bióloga, especializada en neurociencia, es miembro de la comisión sobre ética de datos de la Unión Europea, trabajó como broker comprando y vendiendo datos en el banco ING y ahora es la directora de comunicación de Solid e Inrupt, la empresa que Berners-Lee ha creado para desarrollarlo. László dice que su carrera es fruto de la casualidad, del mismo modo que es casual que la red informática mundial y ella nacieran al mismo tiempo y que ambas acaben de entrar en la treintena.

¿Solid se crea para devolver el control de sus datos a los ciudadanos?

Solid empezó en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) en 2014 como proyecto académico y el año pasado cogió impulso con la empresa que fundó Tim Berners-Lee, Inrupt, con John Bruce. Y cada vez va más rápido. Hay varias empresas trabajando juntas, en un ecosistema saludable, y seguirá creciendo.

Usted se formó en neurociencia, ¿cómo ha acabado trabajando en esto?

Por accidente. Mi estrategia personal consiste en que si te mueves mucho tienes más posibilidades de tener suerte. En neurociencia me dediqué precisamente a estudiar el mecanismo de toma de decisiones, un asunto crítico en tecnología. Me interesé por el control de mis datos personales. En eso influye que nací el mismo mes que la web, y crecimos juntos. La mía es la primera generación que tiene una conexión emocional con sus datos en internet, son parte de nuestra identidad.

¿Mucha diferencia de lo que hace 30 años se pensaba que llegaría a ser la web a lo que ha acabado siendo?

Nadie tenía previsto nada. Ahora estamos entrando en la década de los 30, y ya hemos experimentado, sabemos qué funciona, qué no funciona, qué nos gusta y que no, y creo que es momento de parar a reflexionar y decidir qué queremos, y ser activos. Sobre todo en Europa. En Estados Unidos tienen un modelo muy concreto que es el de Silicon Valley, en China tienen el del Estado, y en Europa Solid tiene mucho potencial, por su cercanía a los valores europeos, más próximos a los derechos humanos. Europa está en una posición única.

¿La gente es consciente de lo que supone tener sus datos y dejar su huella en la web?

Las personas sí se preocupan por sus datos pero no hay opción práctica para darles soluciones, Solid está trabajando en ello, con sistemas de almacenamiento de datos personales en línea, para darles más poder.

A estas alturas, ¿es posible controlar la web?

Es importante que los niños que nazcan a partir de ahora se beneficien de lo aprendido por la generación anterior sobre la web. Yo me refiero a ellos como los bebés 2020. Necesitamos soluciones para esos niños que van a tener en la web desde antes de su nacimiento hasta la compra del coche, de su casa.

V amos a tener dos vidas, una de ellas en la web, tan real como la otra y fácil de rastrear. ¿Es eso?

La web es una extensión de la existencia humana. Las palabras que usamos son importantes: hablamos de inteligencia artificial, pero no es más que la extensión de la inteligencia humana. A mí me gusta más llamarlo inteligencia extendida, y la sociedad debería mantener el control.

¿Podría esa inteligencia extendida funcionar con autonomía del ser humano y tomar sus propias decisiones?

Las personas que crean la inteligencia artificial son personas, como usted y yo. Hay cierto peligro y deberíamos ir con cuidado pero está hecho por personas, muy a menudo por hombres, eso es representativo del mundo. Hay que vigilar para que las máquinas trabajen para la sociedad no la sociedad para las máquinas, y que eso se comparta con todos.

En el mundo de la tecnología dominan los hombres.

Sí, espero que cambie en manos de diez años. No es solo una cuestión de mujeres y hombres „también hay hombres feministas„, sino de sacar lo máximo de los grupos. Estamos echando a perder mucha inteligencia por no ser capaces de elegir de manera más imparcial con quien trabajamos. Hay hombres muy emocionales y mujeres muy técnicas. De lo que se trata es de tener una variedad de profesiones tomando decisiones, que no sean solo los técnicos y los científicos quienes decidan cómo va a ser el futuro.

Llega el 5G, ¿tanto va a cambiar el mundo?

Cada paso tecnológico tiene su impacto, hay expertos que pueden hablar mejor del alcance que tendrá éste. Lo que a mí me gustaría es que todos los cambios tecnológicos sean consensuados por la sociedad.

Forma parte del comité de ética de datos de la UE. ¿Lo difícil ahora son las respuestas éticas, más que las técnicas?

Si pensamos en los datos como una extensión de cada persona ya disponemos de acuerdos previos sobre cómo actuar. Nadie debería abrir una carta que no tiene su nombre: lo mismo en internet. El problema es que consideramos los datos como propiedad de la empresa no como extensión de la persona. Para mí no hay diferencia. Ya tenemos sistemas e instituciones suficientes, no es tan difícil ni tan nuevo. Para entrar en una casa particular el Estado necesita un procedimiento judicial, si ponen un sensor en su casa, en su teléfono, ¿cuál es la diferencia?

¿Cómo está viviendo el negocio la guerra tecnológica y comercial entre Estados Unidos y China?

Son dos modelos, uno controlado por un Estado y otro por empresas. Deberíamos usar los mecanismos que ya tenemos en democracia para evitar que sea uno u otro país el que decida.

Es experta en toma de decisiones, ¿tan determinantes son en unas elecciones las interferencias entre estados a través de las fake news ?

Si, y hay que ser muy consciente de dónde viene la información, hay que leer muchas opiniones, de muchas fuentes, pero la solución más sostenible es la educación, desarrollar la visión crítica. Que no haya grupos enormes en situación de pobreza y marginalidad fáciles de manipular. Eso no es bueno para la sociedad ni las empresas. La educación es aburrida y lenta, pero es lo que hay que hacer. Los buenos líderes deben ser algo aburridos, no nos hace falta tanto espectáculo.