Un total de 35 menores coruñeses se encuentran a la espera de una familia de acogida con la que residir mientras sus padres biológicos solucionan la problemática (económica, social o de salud) que les impide hacerse cargo de ellos de forma temporal, según informan desde Cruz Roja A Coruña, donde gestionan el programa de Acollemento Familiar en colaboración con la Consellería de Política Social. "En la actualidad tenemos dificultades para encontrar familia para estos niños porque o bien son grupos de hermanos o tienen algún tipo de discapacidad o necesidades educativas especiales y además, en la mayoría de los casos son acogimientos a largo plazo", señalan desde Cruz Roja.

Pese a que la entidad cuenta con 150 hogares en el banco de familias „aquellas que tras superar las entrevistas y la formación necesaria cumplen con los requisitos y están dispuestas a acoger temporalmente a algún niño„ y que en la actualidad hay 112 menores coruñeses en acogida, faltan familias que encajen con el perfil de algunos menores. Los técnicos del programa buscan siempre que las familias se ajusten a las necesidades del niño, no al revés y por ello las características de estos 35 menores dificultan su acogida. Entre ellos hay bebés con problemas de salud que obligan a visitas médicas frecuentes y por tanto que los padres de acogida tengan disponibilidad para acudir a las consultas; grupos de hermanos que deben vivir en un mismo hogar, lo que implica espacio y medios suficientes para hacer frente a la llegada al hogar de más de un nuevo miembro; niños que tienen algún tipo de necesidad educativa especial o bien son adolescentes, según explican desde Cruz Roja.

A ello se suma otro hándicap para muchos candidatos a familia de acogida: son acogimientos a largo plazo, es decir, "necesitamos familias que se comprometan a atender a uno o varios niños muy probablemente hasta su mayoría de edad", algo a lo que no todas las familias del banco de Cruz Roja están dispuestas.

El acogimiento familiar nace como un programa de protección de la infancia donde se busca que aquellos menores en situación de desamparo „bien porque sus padres han perdido la custodia por problemas de drogadicción, están en la cárcel, tienen problemas socioeconómicos que le impiden hacerse cargo de ellos o simplemente son inmigrantes sin lazos en el país que precisan ser hospitalizados y no tienen con quien dejar a los niños„ vivan en un entorno familiar hasta que su familia biológica pueda volver a encargarse de su crianza. Cuando la Xunta asume la tutela o la guarda de un menor esta es siempre la primera opción „la acogida en casa de algún pariente o si no es posible con una familia ajena„ antes que los menores residan en un centro.

Siempre que sea posible, los menores mantendrán contacto con su familia biológica durante el acogimiento.