Los servicios de Urgencias de los hospitales reciben todo tipo de pacientes a lo largo del año, pero es cierto que si en los meses de invierno las patologías respiratorias despuntan en la consulta, en verano dan paso a otras como las intoxicaciones alimentarias o los golpes de calor. La médica adjunta de Urgencias en el Hospital de A Coruña Sonia Bolaño da las claves para evitar algunas de estas patologías veraniegas.

Intoxicaciones alimentarias. "Los casos que vemos de gastroenteritis se duplican en verano", sostiene Bolaño, quien más allá de los cuadros víricos, lo atribuye "al consumo de agua contaminada, a que se rompe la cadena de frío de los alimentos, la ingesta de algunos productos crudos...". ¿Cómo evitarlo" "Tomando siempre agua embotellada, al ir a la playa por, ejemplo, llevar siempre la comida, sea la que sea, en un envase hermético para que no pierda el frío, lavar bien los productos frescos, tener cuidado con las salsas y extremar la higiene de manos antes y después de comer", indica esta especialista, quien reconoce que en casa debe abordarse con "hidratación abundante mediante suero, nunca refrescos" y que es preciso ir al médico si "aparece fiebre elevada, hay dolor abdominal de forma continuada, se vomita todo lo que se ingiere o hay sangrado en las heces".

Deshidratación. Otro cuadro clínico habitual en estas fechas en las Urgencias son los casos de deshidratación, especialmente en niños pequeños o ancianos. "Se caracteriza por mareos o un síncope debido al calor, no haber bebido lo suficiente o estar mucho de pie con sol. Lo ideal es que si hace mucho calor que mayores y niños beban cada 15 o 30 minutos aunque no lo pidan", indica.

Golpes de calor. La diferencia con la deshidratación es que aquí hay pérdida de conciencia que permanece en el tiempo y que puede llevar a un fallo multiorgánico. "Aunque con las temperaturas de Galicia no es lo habitual este mismo mes ya vimos un caso en una persona que se quedó dormido al sol", indica.

Cistitis y Otitis. La humedad retenida en el bañador o los cambios de temperatura del agua favorecen la infección de orina. También hay más casos de otitis al no secarse bien los oídos tras los baños.