El verano cuenta con sus propios achaques. Tomar el sol, bañarse en la playa, realizar actividades al aire libre o disfrutar de unas tapas en una terraza son algunos de los planes de esta estación que pueden convertirse en enemigos para la salud si no se toman las debidas precauciones. Médicos gallegos advierten de que en el periodo estival aumentan los pacientes que acuden a consulta con gastroenteritis, deshidratación, quemaduras solares o cistitis. Los problemas en piel, ojos y piel también se multiplican en estas fechas. Especialistas en diferentes áreas dan las claves para afrontar la nueva estación sin problemas de salud.

Ojos. A la hora de protegerse de los rayos del sol, los ojos no pueden quedar al margen. "En verano hay más horas de luz, la radiación es más intensa y es importante protegerse con gafas de sol siempre que se esté al aire libre aunque esté nublado", señala el presidente del Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Galicia, Eduardo Eiroa, quien recuerda que la clave a la hora de comprarlas no es tanto "que atenúen la luz como que filtren los rayos ultravioleta". "Lo ideal es una de categoría 3 y nunca hay que ponerse una de categoría 4 para conducir porque no se ve lo suficiente", indica este especialista, quien advierte que usar gafas que no protegen adecuadamente puede llevar a "sufrir quemaduras en la córnea, alteraciones en el cristalino o daños a largo plazo ya que quienes reciben mucha radiación de niños es más fácil que desarrollen antes cataratas en la edad adulta". Más allá del sol, los ópticos reconocen que aumentan los casos de conjuntivitis y advierten del riesgo de usar lentillas a la hora de bañarse en playas, piscinas o ríos. "Pueden darse casos de infección por queratitis, una inflamación que provoca una ameba que hay en el agua. Para evitarlo es conveniente o bien bañarse sin lentes o con una gafas de natación que eviten el contacto con el agua", sostiene Eiroa.

Piel. Las quemaduras solares y las alergias son los principales riesgos de la piel en verano. Desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de A CoruñaColegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña dan consejos y derriban falsos mitos sobre la fotoprotección: hay que evitar la exposición al sol en las horas centrales del día (de 12 a 16.00 horas) y si es necesario, especialmente en los niños, protegerse con gorra y camiseta, el fotoprotector se aplicará media hora antes de tomar el sol, se renovará después del baño y la clave no está en echarse una gran cantidad sino en que sea del factor adecuado, mínimo 15. Además recuerdan que no solo hay que protegerse en la playa o la piscina sino cuando se trabaja al aire libre, se hace deporte o se está en una terraza. Desde la Sociedad Española de Alergología recuerdan además que hay algunos medicamentos (como los antiinflamatorios o ciertos antibióticos) con efecto "fotosensibilizante" lo que puede llevar a sufrir reacciones alérgicas en la piel si el paciente se expone al sol. "El contacto con algunas plantas como higueras o cítricos o el uso de productos con perfume también pueden provocar alergias en la piel", indican.

Pies. Pasan del calcetín y el calzado cerrado a ir prácticamente libres. "Los pies sufren un cambio muy drástico", advierten desde el Colegio de Podólogos de Galicia, donde aconsejan "usar calzado con sujeción en los tobillos y bien ventilado". "La mayoría del calzado usado en esta época no reúne las características adecuadas para los pies: falta sujeción y suelas demasiado finas", aseguran. En este sentido recuerdan que las chanclas son un calzado inestable, que modifica el modo habitual de caminar y puede provocar dedos en garra o fascitis plantar, una inflamación del tejido que va desde los dedos al talón. Tampoco es aconsejable zapatos demasiado planos (lo ideal es con suela de 2 a 5 centímetros) porque sino no hay nada que amortice los golpes al caminar y son los pies los que reciben contínuamente los impactos y a eso añaden no abusar de las deportivas ya que "pueden provocar sudoración excesiva y hongos". "El calzado más adecuado es el que permite transpirar el pie, fabricando con fibras naturales, flexible y que sujete el pie adecuadamente", indican.

Alergias. No solo el sol pueden provocar urticaria o reacciones en la piel. Los alergólogos alertan de que frutas de la época como cerezas, melocotones o paraguayos también pueden provocar estos síntomas en los alérgicos así como irritación e inflamación en los labios o la garganta. En los casos graves puede llevar a shock anafiláctico. Los expertos aseguran que en alérgicos al pólen pueden darse también alergias a hortalizas o frutas e instan a consultar al médico al mínimo síntoma.

Picaduras de insectos. Desde una simple irritación o pequeña inflamación hasta una reacción alérgica grave o ser la vía de contagio de una enfermedad tropical. Las picaduras de insectos se multiplican en verano y su gravedad varía en función del caso. Si se viaja a un país exótico, los médicos aconsejan utilizar repelentes de insectos, ropa de color claro y manga larga así como dormir con mosquitera para evitar ciertas patologías que se contagian a través de la picadura como la malaria, el zika o el dengue. En el caso de los alérgicos a las abejas o avispas también deben extremar las precauciones. Los médicos recuerdan que las avispas velutinas son igual de peligrosas que las autóctonas y que las reacciones graves solo se producen en quienes son alérgicos.

Hongos. Las altas temperaturas y la humedad hacen que la presencia de hongos se multiplique en verano, especialmente, en piscinas o zonas al aire libre. Para evitarlos se aconseja secarse bien los pies, nunca andar descalzos en zonas húmedas con más usuarios como piscinas o gimnasios y no usar calzado muy cerrado.