Actriz, economista, humorista, vídeo Blogger y feminista. Así se define Marta Flich (Valencia, 1978), la economista del momento que actualmente presenta el programa Todo es mentira en Cuatro, acompañando a Risto Mejide. En su obra, Necroeconomía: manual para entender una economía perversa, Flich muestra su faceta de "economista de izquierdas", en lo que define como un manual de autoayuda para entender la "economía del engaño" que sufrimos en España.

¿Cómo empezó su carrera en el mundo de la comunicación?

Estudié economía porque me parece una carrera versátil. Pero mi interés por la comunicación y el arte „desde pequeña canto y toco el piano„, fue el motor interno que me hizo unir esos conocimientos con la comunicación, que me apasiona. Mi propósito siempre ha sido empoderar a las personas, y la información es la vía adecuada.

En Todo es mentira , de Cuatro, trata temas sociales de actualidad que a veces rozan lo polémico. ¿Cuál es su responsabilidad con un público mucho más amplio como el televisivo?

Siento responsabilidad, pero hasta cierto punto. Me caracteriza la honestidad, soy leal a mis valores y principios. Pero no me gusta que se nos confunda a los que salimos en televisión con cargos públicos. Hay una gran diferencia con los que tenemos una simple vertiente pública, no se nos pueden exigir el mismo tipo de responsabilidades que "a los de arriba". De todas formas, siempre trabajo desde un lugar muy honesto y la veracidad es algo que me califica.

Recientemente ha surgido una polémica a raíz de unas declaraciones que se daban sobre su vida privada, lo que llevó a que las redes se volcasen en señal de apoyo con usted con el hashtag #StopPeriodismoMachista. ¿Cómo interpreta esta acogida del público?

Siento una gran acogida por parte del público y eso me alegra enormemente. Esta sociedad cada vez es más progresista, evolucionada y feminista. Pero es una realidad que sigue existiendo un periodismo machista que nos persigue y nos hace dar explicaciones innecesarias, vinculando nuestra dignidad con discreción. Somos las receptoras de este tipo de ataques injustificados, por lo que no debemos dar ni un paso atrás, hay que hacer mucho ruido.

Reiteradas veces ha comentado que su posición mediática adquirida durante estos años es en parte gracias a la colaboración que realiza con el diario Huffington Post , donde realiza videoblogs semanales explicando la actualidad económica de una manera sencilla y divertida. ¿Cómo surge este concepto?

La idea surge a través de la preocupación que tenía la gente por la prima de riesgo durante el gobierno de Mariano Rajoy. Estaban estresados y yo tenía claro que eso no era algo que tuviese que comer la cabeza a los ciudadanos. Por eso pensé: ¡Voy a hacer unos vídeos y voy a explicarlo! Me reuní con el Huffington y lo que empezó como una colaboración puntual se ha convertido en dos años de ilusión allí trabajando. Son como mi familia. Soy consciente de que mucha gente me conoce gracias a esos vídeos que mezclan economía y política, en los cuales intento que prime el entendimiento y el humor.

¿De qué forma le repercute tratar temas tan cruciales en la sociedad actual desde el humor y la ironía, que a veces puede ser una fuente de críticas?

No me repercuten las críticas en este sentido. El humor es una herramienta fantástica que debo aprovechar. Se basa en la metáfora, y solo las personas inteligentes la entienden, por lo que quienes van a la literalidad es porque realmente son menos inteligentes. Quien me lea de esta forma se define por si misma. Como considero que lanzo el mensaje de forma honesta, entiendo que la exposición supone recibir críticas. No hay que darle más importancia.

Centrándonos en Necroeconomía, ¿cuándo se decidió a escribir su primer libro, La economía del engaño?

Lo escribí el verano pasado en Oviedo. Aproveché las vacaciones para escribir en un momento en el que las fake news se estaban normalizando. Me decanté por el calificativo de "perversa" porque considero que la forma de tratar la economía también puede ser mala, la economía del engaño a la que estamos acostumbrados. Lo que he intentado es que la gente entienda cómo nos afrentan las decisiones políticas: los Presupuestos Generales del Estado, las ideologías de los gobiernos, el sistema de pensiones, cómo funciona el mercado de trabajo... Partidas que nos importan, es decir, qué tenemos que conocer para saber a quién tenemos que votar.

¿A qué público está destinado su nuevo libro?

Es un manual que puede leer cualquier persona. Tengo un público trasversal. Me lo compró desde la Ministra de Economía hasta un señor de Toledo. Es un libro destinado para todo el mundo. Hablo para la gente normal, no la especializada.

La precariedad laboral es un aspecto que denuncia tanto en el libro como en los videoblogs que publica semanalmente, ¿qué obstáculos considera que siguen encontrando las mujeres y qué perspectiva observa en el empoderamiento feminista?

Tengo claro que lo fundamental reside en la educación, y esto es algo que se tarda mucho tiempo en cambiar. La educación que dice que nosotras cuidamos a nuestros mayores y menores, repercute a que aspiremos en trabajos peores, que llevan a remuneraciones peores y, por tanto, pensiones peores. Este libro es fundamentalmente feminista. Desde principio a fin, no puede ser de otra forma. Las mujeres no podemos ser consideradas ciudadanos de segunda.

En el libro otorga de gran importancia la noción de que nuestros políticos son "nuestros empleados" dentro del sistema público en el que vivimos. ¿Considera que la sociedad cree que los representantes políticos son personas a las que hacer caso en vez de un sentido contrario?

La sociedad está poco concienciada a la hora de escoger a nuestros representantes. El voto es fundamental. Los cargos públicos deben estar aquí para darnos las explicaciones que les pidamos y estar en todo momento a disposición de los ciudadanos, porque trabajan para nosotros.

Por último, ¿con qué idea le gustaría que se quedase el lector de su libro cuando acabase de leer la última página?

Me gustaría que la gente cerrase el libro y pensase: ¡Qué importante y vital es el feminismo! Porque lo es. Para todo. Si no hay igualdad, no hay nada.