Benjamín, el menor de Marbella que sufría una parálisis a consecuencia de un tumor y que requería la ayuda de terceros para poder salir y volver a su casa, falleció el viernes a causa de una parada cardiorrespiratoria. Al niño, de siete años, le detectaron un tumor en la cabeza a finales de 2018 que derivó en una parálisis que le afectó al lado derecho de su cuerpo y a su motricidad y le postró en una silla de ruedas. Benjamín pasó los últimos meses de 2018 ingresado en el Hospital Materno Infantil de Málaga.

La situación en la que se encontraba el pequeño, que soñaba con ser futbolista, se conoció después de que su madre, Natalia, pidiera en reiteradas ocasiones al Ayuntamiento, diferentes ayudas sociales para atender a Benjamín después de que verse obligada a dejar su trabajo en hotel de Marbella. Entre las peticiones destacaba la de una vivienda social equipada para que Benjamín pudiera desplazarse con la silla de ruedas, además de subvenciones por dependencia, discapacidad, arrendamiento o hijo a cargo. Natalia comenzó a solicitar las ayudas en enero, pero éstas nunca llegaron.

El pequeño vivía junto a su madre y su hermana, de 12 años, en una vivienda ubicada en una cuarta planta de un edificio que carece de ascensor, por lo que Benjamín requería de ayuda externa para poder salir y volver a su casa. La encontró en los agentes de bomberos de Marbella, que cada mañana y cada tarde, le llevaban y le traían del colegio, y en los usuarios del gimnasio Sho-Dan, próximo a la vivienda, con los que salía por las tardes a dar paseos.