Todas las cadenas crecen en ventas en el grupo Inditex, desde Oysho a Stradivarius, pero la aportación de Zara a este concepto resulta abrumador: la insignia de la multinacional gallega acapara el 59% de las mismas tanto en el ámbito físico como online.

Bien es cierto que la Memoria de 2018 divulgada recientemente por la compañía cuenta con la novedad de agrupar el reporte de Zara y Zara Home, pero aún así las cifras son contundentes: de los 26.145 millones facturados por la compañía (un nuevo máximo histórico, un 3% más que en el ejercicio anterior, un 7% sin el efecto divisa), 18.021 millones corresponden a las ventas de Zara y Zara Home. El pasado 13 de marzo, durante la presentación de resultados de la compañía, su presidente, Pablo Isla, explicó a este respecto que "la idea a futuro es considerar a Zara Home como una cuarta sección de Zara".

Pero si el peso de Zara resulta abrumador en el conjunto de las cadenas, el de Europa no lo es menos en el ámbito geográfico. El 45,1% de las ventas corresponden a Europa sin España y el 16,2% a España. Esto quiere decir que el Viejo Continente representa el 61,3% de las mismas.

En este sentido, teniendo en cuenta las turbulencias que se avecinan en el mercado europeo por la salida del Reino Unido de la UE, la multinacional admite riesgos de suministros y aranceles ante la posibilidad de un Brexit Brexitduro, así como la posibilidad de que descienda el consumo en el Reino Unido „donde el grupo cuenta con 5.486 trabajadores„, pero considera que el impacto "no será significativo". La multinacional gallega opera en mercados con y sin arancel.

En cuanto a la distribución de su plantilla de 174.386 trabajadores, España ocupa un lugar prominente con 48.000 empleados. En segundo lugar figura China Continental con 11.680 y en tercero Rusia con 10.365.

El grupo, que en su último año fiscal registró un beneficio de 3.442 millones de euros -un 2% más respecto al ejercicio anterior y un 12% más a cambio de tipo constante- carece de deuda financiera. Buena prueba de su solidez es que revela una posición financiera neta de 6.705 millones al cierre del ejercicio pasado.

El grupo concede una gran importancia a la integración de la tienda física y la online y a la sostenibilidad en su Memoria. "Para poder ofrecer las últimas tendencias de moda en el momento adecuado y con la calidad exigida, Inditex ha desarrollado un modelo de negocio flexible e integrado, con una fuerte orientación hacia el cliente y un claro enfoque sostenible", asegura. Este modelo, sostiene, "es la base para afrontar los retos del entorno de negocio". Y en este contexto menciona los desafíos a los que se enfrenta la firma. El primero de ellos tiene que ver con "la fuerte competitividad que existe en el sector, impulsada por las nuevas tecnologías y las innovaciones disruptivas, el cual define un entorno en el que el perfil del consumidor está en constante evolución".

El segundo de ellos se refiere a "los cambios geopolíticos, demográficos y socioeconómicos, desencadenantes del riesgo país en los países de aprovisionamiento o distribución". El tercero y el cuarto coinciden "con una fuerte variación del consumo en determinados mercados, así como las modificaciones acusadas en los ciclos climáticos que pueden afectar a los patrones de demanda". Pero lejos de amilanarse, la compañía prefiere ver estos riesgos como "factores que podrían incidir en la consecución óptima de los objetivos de negocio del grupo". Este es, probablemente, el espíritu que ha llevado a la firma a alcanzar la dimensión que le caracteriza y con el que el próximo 16 de julio va a presentarse ante la junta de accionistas. El nombramiento del coruñés Carlos Crespo como consejero delegado de la compañía figura en el orden del día.