Ascensión Cambrón, presidenta de la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) en Galicia, calificó ayer de "penosísima" la situación que ha vivido el tetrapléjico francés en estado vegetativo Vincent Lambert y tachó de cruel la obstinación de sus padres por mantenerlo vivo. "Ha sido de una crueldad intolerable", afirmó Cambrón, quien añadió que no se puede anteponer las creencias religiosas a los derechos humanos.

"Tenemos derecho a la vida, pero no obligación a vivirla. Nadie quiere morir si tiene posibilidades de prolongar la vida, pero no cuando no hay nada que hacer y supone un sufrimiento", dijo.

Según Cambrón, y a falta de una ley que regule la eutanasia, la mejor herramienta para determinar cómo se quiere morir es el documento de instrucciones previa.

"Una situación como la de Lambert nos puede pasar a cualquiera. A través de este documento, dejamos constancia de la voluntad sobre los cuidados y el tratamiento de salud que queremos al final de la vida, y evitamos un posible encarnizamiento terapéutico porque en Galicia, se muere mejor o peor según el médico que te toque", manifestó.

La paciente ingresada en el hospital de Alcalá de Henares con una enfermedad neurodegenerativa evoluciona favorablemente, tiene una vida "totalmente digna" y quiere vivir, según la portavoz de la familia de María Teresa, Polonia Castellanos, presidenta de la Asociación Abogados Cristianos.

Así lo aseguró después de que un juzgado de Alcalá de Henares estimara las medidas cautelares solicitadas por la familia para que el Hospital Príncipe de Asturias de esa localidad madrileña la reanime en caso de que lo precise. Según Castellanos, esta resolución se basa en el dictamen de un médico que visitó a la paciente por orden del juez y comprobó que evoluciona de forma favorable.