Cuando nos sumergimos en el verano descubrimos todos esos kilos (a los que no hacíamos caso) y que hemos ido acumulando en nuestro cuerpo durante los meses invernales. Nos observamos con horror y exigimos resultados inmediatos que nos permitan recuperar nuestro peso ideal y la figura deseada. No es posible conseguirlo con la rapidez que pretendemos por lo que podemos cometer errores que resultan peligrosos para tu organismo. No existen las dietas milagrosas y nuestro esfuerzo bien canalizado constituye la mejor opción utilizando las recomendaciones personalizadas de los expertos en nutrición.

Los expertos señalan que es imposible perder peso de una manera saludable a una velocidad alta. La reducción debe ser lenta y mantenida en el tiempo siguiendo los parámetros marcados por el especialista para evitar el temido efecto rebote o una pérdida de nutrientes que afecte a la salud. Jamás se puede hacer una dieta sin control médico pero, en verano, los problemas se multiplicarían. Sería recomendable:

-Desistir de realizar las mal llamadas "dietas milagro" porque no funcionarán y pueden generar serios problemas nutricionales si eliminas (sin control) alimentos fundamentales como las legumbres o los hidratos de carbono o consumes preparados "mágicos" con propiedades inexistentes (supuestos diuréticos, laxantes, etc.).

-No salir de casa sin desayunar. Es imprescindible porque permite romper el ayuno nocturno, obtener la energía necesaria para afrontar la actividad diaria y evitar el insano picoteo al que nos veríamos abocados debido al hambre que sentimos. Un desayuno equilibrado incluye: fruta (entera o en zumo), proteínas (queso, jamón, huevos, pavo, etc.), lácteos (yogur, leche, etc.) y cereales (pan tostado, galletas, bizcochos caseros, etc.).

-No te vayas a la cama sin cenar porque con el estómago vacío no podrás dormir o dormirás muy mal. Deberían pasar unas dos horas antes de acostarse. También resulta indicado cenar algo suave como un yogur natural con plátano o con cereales y nueces. Evita los alimentos ricos en grasas saturadas y los procesados de manera artificial porque provocan digestiones pesadas y aportan un exceso de calorías innecesario.

-Prepara zumos de frutas, hortalizas y verduras combinados con agua o hielo. Elige las que más te gusten (según tus preferencias) o combina las consideradas saludables (piña, fresa, naranja, espinacas, brécol, etc. por su capacidad diurética) y dales tu punto personal (con ajo, aceite, sal, pimienta, edulcorantes, miel, etc.). No tienes que consumirlos a una hora determinada, pero se recomienda que lo hagas a primera hora de la mañana o a media tarde porque resultan saciantes y depurativos.

-Practica el ejercicio más adecuado para tu forma física. Seguro que requiere un esfuerzo, pero merece la pena. El movimiento resulta fundamental para perder peso y sentirte bien porque, aunque sigas una dieta de manera estricta y sin saltarte ni una indicación, no adelgazarás sin combinarla con la práctica deportiva. Elige lo que más te guste y no te limites. Aunque nunca hayas hecho nada o no te guste ningún deporte en especial, no es tarde para empezar y disfrutarlo. Plantéatelo como un reto interesante y divertido que te hará sentir mejor.

-No puedes abandonar la medicación pautada por el médico. Olvida las ideas preconcebidas relacionadas con que ciertos fármacos engordan porque no suelen ser correctas. Además, aunque así fuera, no puedes renunciar a ellos porque son imprescindibles para mantener tu salud. Está totalmente prohibida la automedicación. Si quieres adelgazar, el consumo de sustancias farmacológicas (aunque sean naturales) puede interferir en el proceso y causar efectos secundarios negativos que resultan, incluso, peligrosos. Consulta a tu médico y/o farmacéutico. No abuses de los denominados productos "naturales" porque también tienen efectos secundarios indeseables. Son adecuados como complemento de una dieta equilibrada, pero no como única fuente de adelgazamiento y no deben consumirse sin la indicación de un experto sanitario.

-Necesitas dormir. El sueño resulta imprescindible para equilibrar tu sistema hormonal y adelgazar. Por la noche tu organismo se recupera del desgaste sufrido durante el día y liberas las hormonas que permiten ajustar tu sistema endocrino. Si tienes problemas para dormir, consulta a tu médico y sigue sus indicaciones porque la automedicación está totalmente contraindicada.