Al igual que la población gallega, la plantilla de facultativos del Servizo Galego de Saúde (Sergas) también está envejecida y el problema es más grave aún en Atención Primaria. El 78% de los médicos de familia que trabajan en los centros de salud tiene más de 50 años, lo que provocará un importante número de vacantes en los próximos años por jubilaciones. Para hacer frente al déficit de doctores, la Xunta permite a estos profesionales prolongar su vida laboral hasta los 68 años, tope que se irá ampliando hasta los 70. Esta medida ha permitido que sigan en activo en los centros de salud un total de 187 facultativos pese a haber superado ya los 65 años: se trata de 161 médicos de familia y 26 pediatras.

Retener a los profesionales con experiencia y formación es una de las medidas contempladas en el Plan de Atención Primaria que pretende dar solución a la sobrecarga asistencial y el déficit de facultativos que sufren los centros de salud gallegos.

Durante los peores años de la crisis la Xunta trató de adelgazar las plantillas de la Administración autonómica e instauró la jubilación obligatoria a los 65 años para todos los empleados públicos, incluidos los médicos. Hasta entonces podían seguir trabajando hasta los 70 años si así lo

requerían.

Sin embargo, a partir del año 2016 la Consellería de Sanidade decidió abrir de nuevo el grifo y permitir a los facultativos que continuaran trabajando más allá de los 65 años.

Entre el 40 y el 50% de los médicos deciden aplazar su jubilación, según las cifras que maneja la Consellería de Sanidade. A día de hoy en los centros de salud de la comunidad hay 187 facultativos que siguen trabajando pese a haber cumplido ya la edad legal para retirarse. Son una cifra importante si se tiene en cuenta que Galicia cuenta con 2.566 médicos de Atención Primaria. Es decir, en torno al 7% de la plantilla de doctores de los ambulatorios tiene más de 65 años.

Pero la ampliación de la edad de jubilación no es la única medida puesta en marcha por el Sergas para solucionar el déficit de médicos en la comunidad gallega. Para darles estabilidad e incluso captar facultativos de Portugal, la Consellería de Sanidade puso en marcha el contrato de continuidad, con una duración de un año prorrogable a tres.

Sin embargo, esta medida no está teniendo tan buena aceptación como las prórrogas en las jubilaciones: solo 12 de los 100 médicos de familia y pediatras que se incorporaron al Sergas tras terminar su periodo de residencia (MIR) se acogieron a esta modalidad contractual.

La otra vía del Sergas para reforzar sus plantillas de facultativos pasa por incrementar las plazas de formación. En medicina de familiar se ofertarán este año129 plazas, 24 más que en 2018. El aumento es de un 22,8%. En el caso de pediatría se convocarán 27 plazas y se incrementa así un 35% (siete más).

El déficit de médicos se agudiza durante el verano ya que, según el colectivo, no se cubren todas las vacantes de doctores que están de vacaciones. Desde la Junta de Personal del área sanitaria de A Coruña, María Seijo, aseguró ayer que la situación que vive Atención Primaria es "excepcionalmente preocupante" ante la falta de sustitutos.