Incluso pérdidas de conocimiento y comas, aunque, en su versión más grave, una intoxicación etílica aguda puede implicar la muerte por paro respiratorio, un posible efecto adverso que en apariencia no resulta disuasorio para los centenares de adolescentes que tienen prohibido el consumo de alcohol y que, sin embargo, engordan cada año las estadísticas de atención sanitaria por abuso de esta sustancia en la comunidad.

Siga leyendo la noticia en nuestro Kiosco Digital, o suscríbase a La Opinión de A Coruña y tenga acceso completo a todas nuestras noticias sin límites.