En los últimos años, se han detectado repetidamente partículas microplásticas en el mar, el agua potable e incluso en animales. Pero estas partículas diminutas también son transportadas por la atmósfera y posteriormente eliminadas del aire, especialmente por la nieve, e incluso en regiones tan remotas como el Ártico y los Alpes. Este último dato lo ha demostrado un estudio realizado por expertos del Instituto Alfred Wegener, del Centro Helmholtz para la Investigación Polar y Marina, en Alemania, publicado en Science Advances.

Anteriormente otro estudio también detectó microplásticos en los Pirineos.