Una ballena de 20 metros de longitud y 25 toneladas que el pasado miércoles varó en la cala asturiana de El Figo se convirtió ayer en una atracción turística más. Cientos de personas se acercaron hasta allí „pese a lo complicado de acceder a la cala„ para sacarse una fotografía con el cetáceo. La afluencia fue tal que hubo que montar turnos de espera para subir y bajar por el estrecho camino. Hubo también críticas al espectáculo montado en torno al cadáver y a la tardanza en retirarlo.