La conciliación del sueño es algo que viene quitándonos el ídem desde hace muchos años. Los problemas de insomnio, sobre todo cuando tenemos que madrugar la mañana siguiente, son uno de los lastres que nos impiden rendir en el trabajo y disfrutar plenamente de nuestro tiempo libre en compañía de amigos o allegados.

No es agradable llegar al trabajo habiendo estado ocho horas en la cama y, sin embargo, llevando cara de haber estado de fiesta hasta cinco minutos antes de entrar en la oficina. Por si esto fuera poco, la privación del sueño afecta a nuestras funciones cognitivas, por lo que seremos menos eficaces en prácticamente todo lo que nos propongamos.

Además de los propios problemas de insomnio, la falta de sueño se debe en muchas ocasiones a estímulos externos que nos despiertan o nos impiden dormir. Para todos aquellos que se pasan la noche persiguiendo mosquitos, o invocando a Herodes ante el interminable llanto del hijo de los vecinos, dejamos una serie de consejos que os ayudarán a descansar.

Cuidado con la siesta

Tranquilos, la siesta, esa costumbre tan española y que tanta gente no perdona después de comer, no tiene por qué estar reñida con el sueño nocturno. Sin embargo, se trata de una práctica que hay que controlar. Si bien hay estudios que demuestran que 20 minutos de sueño durante el día son beneficiosos para nuestro rendimiento cognitivo, hacer una siesta de dos horas afectará negativamente a nuestra capacidad de conciliar el sueño por la noche (por no hablar de que muchos se despertarán de esa siesta con la sensación de haber sido atropellados por un camión).

Por lo tanto, una siesta reparadora no está en absoluto contraindicada, pero hay que evitar excesos, como con todo en esta vida.

La importancia del lugar en el que se duerme

Es de capital importancia pensar en nuestro sueño cuando vamos a instalarnos en una habitación o amueblarla, ya que el entorno siempre resulta decisivo. Evitar distracciones en la zona contigua a la cama y tratar de aislarnos de los ruidos son dos buenas decisiones, además de asegurarnos una buena calidad del aire.

Por otra parte, la temperatura puede decantar la balanza hacia un sueño reparador o una auténtica pesadilla, por lo que suele ser una buena idea buscar la zona más fresca posible en verano.

Evitar medicamentos que interrumpen el sueño

Es conveniente evitar determinados químicos y medicamentos que no son del todo compatibles con un sueño reparador por las noches. Existen compuestos que pueden afectar especialmente a algunas personas, impidiendo que duerman y descansen.

En caso de estar tomando alguno de estos medicamentos, se recomienda consultar con nuestro médico si existe alguna alternativa que no nos impida dormir.

El alcohol, el café o el tabaco, enemigos del sueño

Estos productos, además de estar relacionados con una escasez del sueño, repercuten negativamente en la calidad del mismo, por lo que suponen la opción menos recomendable antes de ir a la cama. Es cierto que hay gente que asegura que "no puede dormir" sin antes fumar un cigarrillo, pero en este caso no significa que el tabaco ayude a conciliar el sueño, sino que la adicción que se desarrolla por éste lo impide. De hecho, a largo plazo el consumo excesivo de estos productos mermará nuestra capacidad para conciliar el sueño.

Relajación antes de dormir

En ocasiones, no disponemos de tiempo para nosotros antes de dormir. Aquellas personas que trabajan por la tarde y salen de su oficina en plena noche tienen más dificultades para desconectar antes de meterse en la cama, pero es recomendable hacer un esfuerzo por lograrlo.

Si intentamos conciliar el sueño mientras tenemos la cabeza llena de preocupaciones o tareas que hacer, nos resultará muy difícil alcanzar un descanso profundo y de calidad que nos permita afrontar el día siguiente con las energías renovadas. Es por esto que determinadas técnicas de relajación, así como la lectura o el clásico baño relajante pueden sernos de gran ayuda.