Aunque los alumnos gallegos superan la media estatal en los resultados de PISA, las tornas se invierten al llegar a selectividad, una prueba que dirime su futuro académico, donde se quedan de segundos por la cola. En este examen se anotan la peor calificación en Lengua y Química, la segunda más baja en el Biología y la tercera peor en Física o en Historia de Filosofía, como ocurrió en la ABAU (Avaliación de Bacharelato para o Acceso á Universidade) de 2018. A la Xunta estos datos no le cuadran y la Consellería de Educación demanda una selectividad común o, al menos, contenidos generales comunes y una parte adaptada a la realidad y a las competencias curriculares de cada comunidad. A la petición del PP se unieron 178.000 firmas.

La Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE), que al principio aseguraba que no había datos "contrastados" que permitieran asegurar que el examen es más fácil en unas comunidades que en otras, anuncia que obtendrá esos datos, ya que analizará en septiembre si existen diferencias "reales" de dificultad entre los ejercicios de acceso a la universidad de las diferentes comunidades, estudio que emprenderá, dicen, con o sin la ayuda del Gobierno en funciones de Pedro Sánchez.

"En septiembre tenemos idea de abordar algún estudio si no fuera posible hacerlo con los ministerios", explicó ayer el presidente de la CRUE, José Carlos Gómez Villamandos, a Europa Press. El rector recuerda que la CRUE solicitó en junio a los ministerios de Educación y de Universidades la creación de un grupo de trabajo para analizar las posibles diferencias de dificultad de la selectividad entre las distintas autonomías.

El nuevo presidente de la CRUE, que, tras su elección, en mayo, abogó por un examen único para toda España al entender que "se producen diferencias entre las distintas comunidades", desmarcándose de la Conferencia, defiende ahora que la norma estatal que regula estas pruebas "es correcta" y reduce las posibles diferencias a "algún desajuste puntual". No obstante, ve necesario crear ese grupo de trabajo con la participación de Educación y Universidades para "analizar la situación real con datos objetivos y a partir de ahí tomar las medidas adecuadas" para corregir esas posibles desigualdades. "A lo mejor los datos objetivos ponen en evidencia que no hay tantas diferencias como algunos dicen y solo hay algún desajuste puntual. Esa es la impresión con datos muy por encima", afirma.

Villamandos explica que para un examen común, como defendía en el mes de mayo, sería necesario implantar un "Bachillerato único que no existe", y relativiza el peso que tiene la selectividad en la nota global para acceder a la universidad. "No es tanta la diferencia que se produce en la selectividad en sí, sino las diferencias que existen en el Bachillerato, donde sí hay diferencias con difícil control, y eso debería ser objeto de estudio y análisis", alega, al recordar que el Bachillerato supone el 60% de la nota de acceso a los campus.

En su opinión, "cuando tenemos centros con medias de Bachillerato muy altas respecto a la selectividad de forma reiterada, tendríamos que ver qué sucede", porque son diferencias, asegura, que se producen incluso en "un mismo barrio". "En carreras como las de ciencias de la salud, se entra o se deja de entrar por milésimas, por eso en el 60% de la nota se debería ser más escrupuloso", apostilla.

La ministra de Educación en funciones, Isabel Celaá, anunció la creación de un grupo técnico para detectar y corregir las "incidencias" en la dificultad de las pruebas de acceso a la universidad de diferentes comunidades para garantizar la "equidad" de los estudiantes de toda España, pero no le puso fecha. Ahora los rectores aseguran que estudiarán lo que ocurre con o sin la ayuda del Gobierno central.